Asesino en serie. Se le denunció por dos crímenes pero se cree que asesinó a otras 12 personas en Huaral. Atacaba a pasajeros que recogía en su mototaxi. Los golpeaba en la cabeza.,"Ya vengo, cholita, salgo un rato y regreso para cenar juntos, me esperas". Isabel Paredes Colán no olvida las últimas palabras de Marco Castillo Flores (54), su compañero por casi un cuarto de siglo. Ese día, 14 de mayo del 2017, salió a una reunión con amigos en Huaral. Al día siguiente Marco fue hallado en un canal de regadío, a la altura del kilómetro 6,5 de la carretera Huaral-Chancay. Tres golpes en la cabeza habían acabado con su vida, destruyendo así el sueño que la pareja tenía: envejecer juntos. PUEDES VER Edu Saettone saldrá libre tras ser sentenciado a 4 años de prisión suspendida Pero la muerte de Marco no fue un hecho aislado. Una seguidilla de crímenes hizo sospechar a la Policía, varios meses después, de que en Huaral había un asesino en serie. Desde cero Al comienzo las autoridades pensaron que se trataba de una banda de ladrones que operaba entre Chancay y Huaral, pues había denuncias de desapariciones de personas después de asistir a fiestas. Pero un estudio más profundo demostró coincidencias aterradoras: todas las víctimas estaban ebrias cuando fueron atacadas en zonas alejadas de la provincia, todas presentaban golpes en la base del cráneo. Y todas habían sido atacadas con un mismo objeto: un garrote. Durante cinco meses la Policía investigó los hechos de manera aislada, tratando de atar cabos. Había un patrón, pero no había un sospechoso ni tampoco un motivo. Atando cabos La primera pista llegó el 22 de octubre del 2017, cuando un grupo de agentes del Departamento de Investigación Criminal de Huaral revisó las cámaras de seguridad de un grifo local. Investigaban el ataque sufrido por Manuel Rojas de la Cruz (40), un obrero que en la madrugada fue encontrado agonizando en un canal de regadío, a la espalda del mercado El Huarangal. "Lo rescatamos con vida pero nunca se pudo recuperar. Entró en coma y tres semanas después falleció en una cama del hospital Guillermo Almenara (en Lima). Quien lo atacó le golpeó con un garrote en la nuca y el rostro", recuerda con impotencia y pesar su hermana Sara, quien evita mostrar su rostro por temor. "Aquí nadie está seguro", dice. En la grabación, los agentes descubrieron que un sujeto en una mototaxi de color azul se acerca a ofrecer sus servicios de transporte a Manuel Rojas. Luego parten hacia su última parada: la zona agrícola. Una semana después, la misma mototaxi azul aparece en un nuevo crimen, el de Teófilo Nieto Mendoza (55). Una cámara registra la salida del agricultor del Complejo El Carmen. Luego se ve que lo aborda un desconocido que le ofrece sus servicios. El tambaleante Teófilo Nieto rechaza la propuesta y se va caminando, mientras el desconocido sube a su unidad y lo sigue. A la mañana siguiente Teófilo apareció muerto en un canal de regadío. Sabuesos de acción Con estos indicios, los agentes del Depincri Huaral salieron en busca de sospechosos: choferes que solo trabajen de noche y en la puerta de locales nocturnos. Ello mientras peritos trabajaban en la revisión de las imágenes obtenidas de las cámaras de seguridad. "Se detectaron patrones comunes en los crímenes. Con los videos de vigilancia se solicitó al Ministerio Público un permiso para vigilar a nuestro principal sospechoso: Domingo Norabuena Espíndola, un mototaxista que llegó hace ocho años a Huaral", explica el coronel PNP Dino Escudero, jefe de la División Policial de Huaral. Para el oficial era necesaria su detención en flagrante delito, pues se debía asegurar su prisión mientras se investiga su responsabilidad en otros asesinatos ocurridos en los últimos años. El trabajo policial dio sus frutos el 18 de marzo. Aquella madrugada, poco después de la una, descubrieron a Norabuena recogiendo a Victoriano Pariasca Moya (49), un obrero que salía ebrio del mercado Mora Parra. Le ofreció llevarlo a casa, pero en vez de seguir la ruta fijada se desvió hacia la zona agrícola de Jesús del Valle, donde fue detenido por la Policía. Domingo Norabuena tenía en las manos un garrote de madera y en la mototaxi una barra de metal. Ambos objetos, se comprobó luego, tenían manchas de sangre. Mente criminal El examen psicológico forense 157/2018 practicado a Norabuena revela que muestra desprecio por la vida humana. "Antes que haga algo le golpeé en la cabeza, se desmayó y lo dejé ahí. Le rebusqué todo pero solo tenía dos soles y salí misio. A la mañana siguiente me enteré que estaba muerto", respondió en la entrevista que le hizo uno de los psicólogos. Para la Policía, los maltratos físicos y psicológicos que Norabuena sufrió en su infancia a manos de su padre cada vez que se embriagaba marcaron su comportamiento y generaron en él un rechazo hacia las personas ebrias. En busca de justicia Ha pasado casi un año desde la muerte de Marco, y su esposa Isabel aún no se resigna. Ella cuenta que a veces, cuando prepara el desayuno por las mañanas, todavía tiene la esperanza de verlo llegar sonriente con la bolsa de pan para ayudarle a atender el negocio de comida. No es la única. Otras treces familias buscan la paz y para ello solo hay un camino: ser incluidos en la investigación contra Domingo Norabuena. Todos perdieron un ser querido de manera similar y esperan que la Fiscalía reúna las pruebas que lo señalen como el autor de estos hechos. Más denuncias Hasta el Depincri Huaral llegó Celisio Ríos Matos para pedir que la muerte de su hermano Pelagio (57), ocurrida el 29 de setiembre del 2013, sea incluida en la investigación contra Domingo Norabuena, pues fue asesinado de la misma forma: de un golpe en la cabeza. "Estoy decidido a que no quede impune su muerte", aseveró. La clave Domingo Norabuena cumple 9 meses de prisión preventiva en el penal de Carquín por el delito de hurto agravado y homicidio calificado contra Manuel Rojas de la Cruz. Trece familias más esperan ser incluidas en la investigación por crímenes ocurridos entre los años 2015 y 2017.