Tras las revelaciones realizadas por el investigado Henry Shimabukuro, un nuevo empresario se unió a la lista de donadores y aportantes de la campaña electoral a la vicepresidencia que Dina Boluarte realizó en el 2021. Esta vez, el denunciante afirma no solo haberle entregado la suma de 50.000 soles en efectivo a la actual mandataria (los cuales tampoco fueron declarados ante la ONPE), sino también haber apoyado mediante la concesión de su oficina en el centro de Lima, el cual habría funcionado como su centro de operaciones o "búnker" profesional durante los meses previos a las elecciones que la llevaron a la vicepresidencia en la fórmula electoral de Pedro Castillo.
“Yo soy honesto: le di 50.000 soles a Dina. Fue en mayo del 2021. Ella me pidió el dinero acá, en mi local, y se lo entregué en efectivo”. Así inicia la investigación revelada por el semanario Hildebrandt en sus 13, en el que el empresario Carlos Bustíos Muñoz afirma haber entregado dicha suma a la actual presidenta. Dinero que nunca se declaró ante los organismos correspondientes, lo que constituye un delito.
En sus declaraciones para dicho medio, Bustíos alegó que este aporte entregado en efectivo era el resultado de "los pocos ahorros que tenía más otro dinero que le dieron algunos amigos y clientes". Además, el empresario precisó que no había recibido devolución alguna del mismo.
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Pero la entrega de los 50.000 soles no fue el único aporte no declarado que Carlos Bustíos hizo para Dina Boluarte. El préstamo de su local es uno de los donativos que también confiesa haber puesto a disposición de la ahora mandataria.
Este espacio, ubicado en la av. Inca Garcilazo de la Vega 1584, fue concedido a Boluarte en mayo del 2021, luego de que el Club Departamental Apurímac "le prohibiera" a la entonces candidata a la vicepresidencia "seguir utilizando las instalaciones de la asociación para hacer proselitismo político".
Dicho espacio fue reconocido por Maritza Sánchez como "el búnker" de la presidenta. Para dar peso a sus acusaciones, Bustíos mostró fotografías y videos de la estancia de Boluarte en el local, que según el informe era usado como "el búnker privado y centro de campaña de segunda vuelta" de la entonces candidata. Así lo refiere Sánchez, quien aclaró que "fue su oficina, no había otra más".
A dicho lugar también llegó su hermano, Nicanor Boluarte, hermano de la mandataria y con quien "se reunía a puerta cerrada", según las declaraciones de Bustíos, quien recordó que fue en ese mismo lugar en el que Boluarte le pidió dinero para la campaña.
"Fue aquí donde la presidenta me pidió dinero para su campaña", recuerda Bustíos haciendo referencia a su local. Además, segura que dicho monto fue entregado "en las manos" de la misma Dina Boluarte. Pero este monto sería devuelto, no directamente aportado.
Según el empresario Dina Boluarte le dijo "que cuando ella llegara a Palacio de Gobierno como vicepresidenta de Pedro Castillo, me iba a devolver lo que yo estaba poniendo para su campaña. No lo hizo".
Tras el flash electoral, Bustíos no supo más de la ahora mandataria, y afirma que nunca le tocó la puerta porque pensó "que ella tenía palabra". “Yo pensé, incluso, que iba a devolverme la computadora y la impresora que su gente se llevó de mi local. Todo su personal venía a trabajar acá y, cuando se fueron, dejaron papeles originales del club Apurímac. Ni siquiera pagaron la luz y el agua. No dieron ni un sol”, concluye el empresario, que ahora señala a la presidenta.