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Política

Testimonio de la represión policial a los periodistas en las protestas

A Paola Ugaz la empujaron contra la pared y le pusieron el puño en su pecho; a Paty Condori la detuvieron en la Dircote, pese a identificarse como periodista. A Walter Hupiu lo golpearon en la espalda con un escudo y ya en suelo le pegaron para evitar que tome fotos del maltrato a un manifestante.

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Condenable. Walter Hupiu es uno de los 146 periodistas agredidos. La policía se ensañó con él por querer fotografiar los maltratos a un manifestante. Foto: Antonio Melgarejo/La República

La labor de medios de prensa nacionales y extranjeros ha sido fundamental desde que se inició la actual crisis política y social en el país y que se ha expresado en las calles con manifestaciones. Sus registros han permitido capturar las imparables movilizaciones y la represión de las fuerzas del orden contra los manifestantes e incluso contra ellos mismos.

De acuerdo con la Asociación Nacional de Periodistas (ANP), desde el 7 de diciembre del 2022 hasta el 9 de febrero se han registrado 169 agresiones contra reporteros. El director Ejecutivo del Consejo de la Prensa Peruana (CPP), Rodrigo Salazar, estima que el 60% de estas provienen de la policía.

En este contexto, el Gobierno ha publicado un protocolo de seguridad para la cobertura periodística en las protestas sobre la cual ha llovido una serie de críticas debido a que coloca a la policía como creadora de lineamientos para la labor periodística, como por ejemplo la ubicación en las marchas, además de no considerar a los agentes policiales como potenciales agresores.

Obviaron su credencial

El pasado 4 de febrero, la corresponsal del ABC de España, Paola Ugaz, fue agredida por un policía que le puso el puño en el pecho y la empujó contra la pared, a pesar de haberse identificado como periodista. Ella seguía una marcha pacífica desde la plaza Dos de Mayo.

“Cuando llego a la avenida Grau, suena la primera bomba lacrimógena y aparecen entre 15 a 20 policías con lanzadoras de bombas lacrimógenas. Veo que venía un grupo de policías y, en ese momento, saco mi credencial de periodista, alzo la mano, y uno de los policías me pone el puño encima del pecho y me empuja contra la pared”, relató Ugaz, quien fue rescatada por dos mujeres para luego saltar a la pista desde el zanjón de la avenida Grau para protegerse, terminando con una contusión en el tórax.

Respecto al referido protocolo, Ugaz cuestiona que “en ningún caso cita las modalidades de agresiones a los periodistas y la importancia de que la policía respete a los periodistas durante las coberturas”.

Para Ugaz, la existencia del protocolo no garantiza que no se vuelva a agredir a la prensa que cubre las protestas.

Detenida en San Marcos

Paty Condori, de la red de periodistas de Juliaca, fue detenida el 21 de enero en la intervención policial en la Universidad San Marcos, pese a tener chaleco y credencial de prensa.

Yo estaba con los ciudadanos de Juliaca que habían venido a protestar. Toda la gente se escapaba, se escondía en las duchas de los baños. Yo me escondí debajo de un colchón y estuve filmando. Salí porque vino la policía con cámaras y les dije que era periodista, pero me dijeron que igual estaba detenida. Un general me dijo que me quitara mi chaleco y mi credencial. Yo me negué”, narró Condori.

Periodista Paola Ugaz fue agredida por la PNP. en manifestaciones. Foto: composición LR

Estuvo detenida en la Dircote, donde fue requisada y obligada a firmar un “acta del buen trato” porque, de lo contrario, no ingresaban los abogados. Condori contó ser testigo de que la policía les exigía a los manifestantes a no seguir marchando y que si continuaban protestando colgarían sus fotos en un mural, donde publican las fotografías de terroristas capturados.

Condori tampoco está de acuerdo con el protocolo en cuestión, al considerarlo un atropello a la libertad del trabajo periodístico. “Nos dicen dónde deberíamos estar ubicados durante la protesta y si no estamos al lado de la policía, entonces nos cae golpes y nos detienen. El periodista siempre buscará su mejor posición para captar imágenes que este gobierno no quiere que se muestren”, subrayó.

Policías lo golpearon

El caso del fotoperiodista Walter Hupiu refleja la brutal agresión de la que es capaz la policía contra un periodista que, arriesgando su integridad, busca captar con su lente la detención arbitraria y los golpes que efectivos policiales le propinaron a un manifestante. Su compromiso con la labor periodística motivó que varios efectivos lo golpeen e intenten esposar.

El 4 de enero pasado, Hupiu cubría una manifestación en la plaza San Martín, la misma que fue replegada hasta la plaza Manco Cápac, donde vio que varios policías golpeaban a un manifestante y con sus escudos hacían un cerco para impedir que los periodistas puedan registrar lo que estaba ocurriendo.

“En el perímetro de la plaza habían detenido a un manifestante que golpeaban brutalmente en el suelo. El personal policial hizo un cerco con sus escudos para impedir que los medios grafiquen. Lo que hice fue buscar un punto de vista entre los escudos e insistí en este propósito hasta que seis policías me atacaron sorpresivamente por la espalda con un golpe de escudo y luego me forcejearon para derribarme, a la vez que me propinaban golpes en la espalda, los hombros, los riñones”, recordó Hupiu. Ya en el suelo, un policía le puso su bota sobre su pecho para esposarlo.

“Revisó mi credencial colgada al pecho y luego cayó en cuenta de que era de prensa. Quedé libre”, contó.

Sobre el protocolo comentó que es un instrumento que busca someter a la prensa. “Es un filtro discriminatorio y una amenaza a la labor de la prensa. Pretende que sean solo los colegiados y la prensa extranjera quienes cubran y desde el lugar que se les asigne para no ver nada”, opinó.