El 15 de noviembre de 2020, un día después de los asesinatos de Inti Sotelo y Bryan Pintado, el repudio nacional hacia el expresidente Manuel Merino de Lama era palpable, y a su gestión se le criticaba la fuerte represión ejercida por parte de la Policía Nacional del Perú, así como la clara violación a los derechos humanos que significaron las acciones optadas por el exmandatario de facto. Entre las muchas figuras resaltantes que salieron a cuestionar, se encontraba la ahora presidenta Dina Boluarte, sobre quien pesan más de 50 asesinatos en medio de protestas contra su Gobierno y el Congreso.
En aquella oportunidad, Dina Boluarte ni siquiera hizo un pronunciamiento directo, sino que, por medio de un comentario hacia la cuenta del político perteneciente a Acción Popular, Victor Andrés García Belaúnde, respondió con un hashtag tildando de "asesinos" a los miembros del partido que ahora la respalda en el Congreso.
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"Empezó sus funciones con nuevo gobierno de Merino. Se encontró la banda presidencial tirada en el arroyo y solo se limitó a recogerla y ponérsela. Ahora le toca desmancharla", precisó Garcia Belaúnde en el tweet al que Boluarte respondió con un "#AccionPopularASESINOS".
Ahora, tres años más tarde y con más de 50 muertos producto de las manifestaciones en su contra, todos ellos de provincia, Boluarte insiste en justificar sus asesinatos, señalando que estos se dan no por acciones de la Policía Nacional de Perú, sino por el uso de armas por parte de los mismos implicados, hecho que es falso y que ha sido desmentido por La República.
Entre las arengas de quienes piden su salida por la falta de acción y permisividad ante las agresiones policiales, se encuentran frases como #DinaAsesina y #RenunciaDina, pues las protestas le atribuyen la responsabilidad de los muertos de su corto mandato.