En el cuarto día de paro indefinido, Juliaca fue escenario de fuertes enfrentamientos, durante más de doce horas, de la policía con los manifestantes. No solo bloquearon carreteras, sino que pretendieron tomar el aeropuerto Inca Manco Cápac, registrándose quince heridos civiles, algunos con heridas de bala. Entre los heridos se encuentra Aldaír Mejía, fotoperiodista de la agencia EFE, exreportero gráfico de La República, quien recibió un proyectil en la pierna durante la cobertura de las protestas en la referida ciudad puneña.
En Puno no hay acceso a las carreteras, la gente tiene que caminar varios kilómetros y los vuelos se han suspendido. Asimismo, se registró el incendio de un almacén, que es el depósito de vehículos capturados de la Municipalidad de San Román.
En esa ciudad no hay tregua, los manifestantes se reagruparon para tomar el aeropuerto debido a que fue habilitado para el aterrizaje de militares y no para uso civil. La crisis puede agravarse debido a que vienen llegando dirigentes de diferentes provincias en apoyo a los manifestantes en Juliaca.
El disparo de una bomba lacrimógena por parte de los miembros del orden, cerca a la salida a Cusco, por la sospecha de que pudieran estar planificando la toma del aeropuerto Inca Manco Cápac, desató un escenario de enfrentamiento entre huelguistas y agentes de las fuerzas policiales. La confrontación fue a las 11:00 a.m. y, hasta el cierre de la presente edición, aún no terminaba. Fueron casi doce horas de confrontación permanente.
Los efectivos, por tierra, dispersaron a los manifestantes con perdigones, bombas lacrimógenas, disparos de bala y por aire un helicóptero policial lanzaba lacrimógenas. Mientras tanto, la población, organizada espontáneamente, se enfrentaba con bombardas de tres tiros, de los que se usan en los carnavales. Los vecinos colaboraban con agua para evitar la asfixia de los afectados.
La población se organizó espontáneamente ante el aterrizaje de un helicóptero y un Antónov de la Policía en el terminal aéreo, pese a que está cerrado para el transporte de pasajeros de las líneas aéreas comerciales. Para los manifestantes, las alarmas se encendieron debido a que llegaron, procedentes de Lima, decenas de agentes de la Dinoes y pertrechos para hacer frente a las protestas.
Los vecinos de los alrededores reaccionaron asombrados por la gran cantidad de uniformados que aparecieron, lo que entendieron como una provocación, en un contexto en que el Gobierno cada vez se esfuerza por dar mensajes de paz.
“Para eso sí habilitan el aeropuerto, pero para el público lo cierran con el propósito de estigmatizarnos como vándalos. Qué hipocresía la posición del Gobierno y después hablan de paz”, dijo Clofé Vilca, una de las vecinas protestantes.
La cantidad de personas que se congregaron cerca al aeropuerto fue tal que terminó en producirse un grave enfrentamiento. Hasta las 19:00 horas, la Dirección Regional de Salud de Juliaca registró 15 heridos civiles por impacto de bala, perdigones y heridas múltiples, mientras la Defensoría del Pueblo informó de 12 heridos civiles.
Con el paso de las horas, los vecinos, a través de diversas redes sociales, hicieron público videos donde se ve a efectivos de la Policía y Dinoes agrediendo a civiles y destrozando mototaxis. La puerta de al menos 10 casas, en los alrededores del aeropuerto, terminaron perforadas por impactos de bala.
La Policía confirmó la detención de 7 personas como partícipes de hechos de violencia. Fueron enmarrocados, y sus parientes denunciaron que presuntamente sufrieron torturas.
En diálogo con La República, el comisionado de la Defensoría en Puno, Jacinto Ticcona, informó que la Defensa Pública del Ministerio de Justicia se encarga de asumir la defensa de las 7 personas.
Durante las protestas, los periodistas sufrieron impedimentos para cumplir su labor. Los manifestantes impedían que graben y los efectivos del orden en más de una ocasión agredían a periodistas por registrar escenas. El responsable de esta publicación fue advertido por efectivos de la Policía de no registrar su forma de actuar, porque se podría encontrar con una bala perdida.
La ciudad acató el paro de manera contundente. Estaba sitiada por pobladores de todos los conos. No había forma de ingresar a Juliaca.
“Todo esto lo ha provocado la señora Dina Boluarte, por atornillarse en el poder, con el apoyo de policías y militares y respaldo de los grandes medios de comunicación. Pero esto va a empeorar porque no vamos a abandonar nuestra huelga indefinida hasta que renuncie, sea cual sea la consecuencia. Nos han humillado mandándonos militares, no hay marcha atrás”, aseguró a La República Florencia Ticona, dirigente del sector Néstor Cáceres de Juliaca.
Tras los enfrentamientos, hay tres policías heridos en Puno, quienes fueron trasladados a Lima, con traumatismo cervical y traumatismo ocular.
En Ica se registró el bloqueo de la carretera en los kilómetros 263 (conocido como Barrio Chino), 290 y 299 (en el sector El Álamo). La situación es complicada, pues por momentos se desbloquea, pero luego los manifestantes vuelven a bloquear la Panamericana Sur, generando la paralización del tránsito.
En la zona se observa poca presencia policial y la gente se ve en la necesidad de caminar hasta veinte kilómetros para poder alcanzar a realizar un transbordo. Los camiones con productos de primera necesidad no pueden llegar hasta Ica y en la ciudad empieza a sentirse el desabastecimiento. Tampoco llega el GLP.
En Ica, la Asociación de Productores Agrarios condenó los bloqueos y pidió a Boluarte liberar las vías. Otro comunicado indica que Ica está aislada por la Panamericana Sur. Desde la CIDH, dijeron que llegará un equipo el 11 de enero a Lima, Ayacucho, Arequipa y Andahuaylas para verificar los DDHH.