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Política

Juan de la Puente: “Se están abriendo espacios fuera de los dos poderes del Estado que permitan una salida”

Entrevista al analista político Juan de la Puente, quien remarca que “Castillo se puso a la defensiva, como si no lo investigaran”.

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Postura. De la Puente remarca que Castillo se puso a la defensiva, como si no lo investigaran. Foto: La República

—¿A quién se dirigió Castillo con un mensaje con muchas cifras que no son tan ciertas, varias omisiones e inconsistencias?

Fue un mensaje marcado por un triunfalismo económico, que recoge la inercia de la pospandemia que tiene logros evidentes, la mayoría de los cuales no dependen del Gobierno, y algunos que sí dependen de la vigilancia del modelo que hace el ministro (de Economía Óscar) Graham y la eficacia que mostró en su período Pedro Francke. Pero en general hay un triunfalismo económico, y que quizás, cualquier ministro de Economía neoliberal de los últimos 20 años podría suscribir. Esa fue la primera marcada identidad del mensaje; la segunda es el tono a la defensiva que no tiene ninguna autocrítica, y pone a la presidencia como si fuera objeto de acoso, cuando en realidad es objeto de investigación. No digo que no haya acoso, pero hay muchas investigaciones hacia el presidente.

—¿Al no haber hecho ninguna autocrítica, vamos a tener más de lo mismo este año, si no es que lo vacan o suspenden?

—Hay más que eso. En los primeros meses de su gestión hubo atisbos de cambio, hubo algunos esfuerzos para ello, pero me parece que este discurso marca una retórica del cambio sin el cambio. Es decir, en el discurso se habla del cambio, pero no se propone líneas de transformación. Por ejemplo, el presidente no tiene ningún apunte, ninguna crítica social al modelo, al sistema político, no está planteando reformas, no está entregando derechos o reconociendo la existencia de problemas que implica la entrega de derechos. Eso no significa que no sea relevante el anuncio de la entrega del bono y el aumento de la Pensión 65, pero en general, me parece que el discurso tuvo un tono conservador en lo político y neoliberal en lo económico, y marca el inicio de un segundo año más alejado de las ofertas electorales de la primera y segunda vuelta.

—¿Qué consecuencias le traerá esa postura? ¿La bancada de Cerrón, aunque son 16, dará otros golpes, como lo hizo al apoyar la censura de dos ministros?

—Después de lo que ha pasado en los últimos días, tanto en el Ejecutivo como en el Legislativo, y en el Ministerio Público, tengo la impresión de que sobre Castillo hay una discusión relacionada a lo que yo denomino la cuestión democrática, pero las otras cuestiones del proceso político, como el cambio, la corrupción, la descentralización, del modelo de derechos económicos y sociales, me parece que no están en discusión, porque es evidente que no hay tensión en esos puntos entre la mayoría del Legislativo y del Gobierno. Hay tensión sobre el punto de si él deja o no el poder, pero el resto de los problemas que forman parte de la realidad nacional, está ahora en discusión, por lo menos en estos poderes del Estado.

—Antes del mensaje, dijo que la única sorpresa que podría dar Castillo en el discurso era hablar de un adelanto de elecciones, pero no lo hizo...

—Yo esperaba que, por lo menos, planteara un diálogo político para producir una salida constitucional y viable a la crisis mediante un adelanto de elecciones, pero en ese punto, él no solo se ha interpretado en el sentido de que no quiere irse, sino también ha interpretado al Congreso, que tampoco quiere irse. Me parece que a pesar de las críticas que ha tenido su mensaje, hay una coincidencia con el Parlamento en el punto político, porque no están interesados en una reforma política real y profunda, no están interesados en una salida constitucional y viable a esta crisis generalizada, que pase por el adelanto de elecciones, y tampoco están interesados en el diálogo político.

—Si bien el Ejecutivo y el Congreso quieren quedarse, en las encuestas crece la exigencia de que se vayan todos. ¿Cómo concretarlo si ellos son los que deben hacer las reformas para un adelanto de elecciones?

—Pero han pasado cosas interesantes fuera de estas dos instituciones. Primero, tenemos ya aperturadas cinco investigaciones fiscales al presidente, lo que convierte su permanencia en acotada en términos fiscales. Y segundo, hay un pronunciamiento de 120 organizaciones de la sociedad civil que plantea un diálogo para una salida. Me parece que tenemos ahora una especie de embalsamiento de las salidas a nivel institucional, pero se están abriendo espacios fuera de los dos poderes del Estado que permitan una salida, por lo menos en el mediano plazo. Y eso me parece un avance, pues antes todas las fichas estaban colocadas en el Legislativo y el Ejecutivo, hoy hay una ficha social que ha empezado a moverse en esta crisis.

—Un sector opina que el Poder Judicial puede inhabilitarlo en aplicación a la Convención de la ONU sobre corrupción, ratificada por Perú. ¿Es viable?

—Yo lo veo difícil porque primero hay que salvar el artículo 117 (que establece los delitos por los que puede ser acusado el presidente) y porque cualquier medida unilateral que tenga la oposición de la gente, como solo producir un cambio en el Ejecutivo y no en el Legislativo, podría motivar un mayor desorden social. Por eso yo postulo la idea de una salida que no solo sea constitucional sino viable, y si es fruto del diálogo político, mejor. Es irresponsable decir que la salida es solo sacar a Castillo... Tenemos por delante tres eventos que podrían suceder: uno es la decisión que podría tomarse en el Parlamento en relación a continuidad del señor Castillo; segundo, son las decisiones que podría tomar el Ministerio Público y el Poder Judicial en relación a la situación del presidente; y tercero, la decisión que podría tomar la gente en relación a esas posibilidades, pero también frente a asuntos graves, como el alza de los combustibles, de los alimentos, la escasez de los productos. Son las tres áreas minadas.