La estrategia de prevención que aplicó el alcalde Francisco de Asís Mendoza arrancó en 2007 con un proyecto de 557 mil soles.,Atalaya invirtió S/. 25 millones en obras de prevención para salvar vidas,Atalaya invirtió S/. 25 millones en obras de prevención para salvar vidas, Cada año entre diciembre y abril los pobladores de la provincia de Atalaya, en la región Ucayali, vivían angustiados por la temporada de la crecida de los ríos y temían que los desbordes arrasaran con sus viviendas, pertenencias y sus vidas. Pero con la construcción de 12 mil 230 metros lineales de gaviones, un eficaz sistema de protección y defensa ribereña, la tranquilidad se ha recuperado en esta zona de la selva. De acuerdo con el Sistema Nacional de Inversión Pública (SNIP), dependiente del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), desde 2007 hasta la fecha la municipalidad provincial de Atalaya ha invertido más de 25.9 millones de soles en la habilitación de más de 12 kilómetros lineales de gaviones. Los gaviones son cajas de forma prismática rectangular, rellena de piedra y enrejada con malla metálica. La millonaria inversión en prevención que comenzó con la gestión del alcalde Francisco de Asís Mendoza, y que prosigue con la misma autoridad luego de 11 años, ha conseguido que Atalaya afronte sin dificultades el impacto de las crecidas de los ríos Tambo, Urubamba y Ucayali, además de la activación de las tres quebradas que cruzan la localidad amazónica. La estrategia de prevención que aplicó el alcalde Mendoza arrancó en 2007 con un proyecto de 557 mil soles y se encuentra en ejecución el décimo octavo proyecto de construcción de defensas ribereñas y de protección contra inundaciones por más de 5 millones de soles. Hasta el momento la totalidad de inversión destinada a la habilitación de los gaviones suma 25 millones 992 mil 931 soles, lo que representa más o menos 2.5 millones de soles anuales destinados por el municipio provincial de Atalaya entre 2007 y 2016 para impedir los estragos de los desbordes. Todos los proyectos fueron aprobados por el SNIP. INVERSIÓN Y PREVENCIÓN Si las autoridades regionales, provinciales y distritales del norte del país hubieran planificado la inversión en obras de prevención ante las periódicas crecidas de los ríos, como lo hizo el burgomaestre Francisco de Asís Mendoza, pudieron haber mitigado la devastación de sus respectivas localidades a causa de “El Niño Costero”. Cada vez que crecía el río Tambo, los vecinos de las 11 cuadras del jirón Urubamba, la histórica arteria de Atalaya, los vecinos vivían aterrorizados porque la erosión y el desborde amenazaban con desaparecer sus viviendas. A lo largo de 80 años, centenares de familias ocuparon paulatinamente sectores marginales e inhabitables del céntrico jirón Urubamba, emplazado al borde del río Tambo, por lo que era indispensable proteger el área con la finalidad de evitar una tragedia ante la crecida de las aguas. La alcaldía provincial consiguió que el SNIP del MEF diera visto bueno al proyecto de construcción de 1,600 metros lineales de gaviones de entre 4 y 5 metros de altura, con más de 70 mil metros cuadrados de relleno, lo que permitió ganar alrededor de 200 metros al del río. Pero también fue importante que Defensa Civil levantó la declaratoria de inhabitable de las 11 cuadras del jirón Urubamba, con lo que los pobladores han obtenido sus títulos de propiedad y emprendieron la construcción de viviendas más seguras. PROTECCIÓN Y SEGURIDAD Paralelamente se construyó el boulevard de Atalaya en siete cuadras que le fueron ganadas al río y que protege a la ciudad de las eventuales embestidas de la naturaleza. Sin embargo, todavía quedaban pendientes las quebradas de Marankiari, Chismechorro y Campo Plata que cruzan Atalaya, una localidad de 40 mil pobladores. En épocas de lluvia estas quebradas se activan y ponen en riesgo la vida de los ciudadanos. El SNIP aprobó el proyecto del municipio provincial de Atalaya para el levantamiento de gaviones de 4 y 5 metros de altura a lo largo de las quebradas, y para labores de encausamiento con maquinaria pesada. En la última fuerte temporada de lluvias, la ciudad no ha sufrido consecuencias por los huaicos ni ha habido reporte de destrucción y fallecimientos, como en otras partes del país. La inversión en obras de prevención también tuvo un impacto social, porque generó empleo para los pobladores, especialmente mujeres que se especializaron en la construcción de gaviones, y en la titulación de más de 1,000 familias que antes vivían en condiciones deplorables y amenazadas por las crecidas de los ríos.