Desconfianza. Madres de comedores populares temen que con el cierre de esta entidad, ellas serán las más afectadas. No creen en las promesas del Ejecutivo. Demandan al presidente Ollanta Humala, a Nadine Heredia y a la ministra Trivelli que las visiten para que vean de cerca sus necesidades y su pobreza.,María Elena Castillo/ "San Pedro está cerca del cielo", dice medio en broma la coordinadora de comedores populares de Comas, Áurea Carranza Noriega, mientras subimos al asentamiento humano John F. Kennedy, donde funciona el comedor que lleva el nombre del célebre apóstol. Desde allí se tiene una vista panorámica de la pobreza que hay en la zona: vías sin asfaltar, viviendas a medio construir y con paredes y techos de madera o cartones. El comedor funciona en esa cima desde hace año y medio, cuando su presidente fundador entregó la cocina y los demás utensilios que en su momento sirvieron para dar vida a un comedor en la hoy pujante urbanización El Retablo. "El gobierno dice que con el cierre del Pronaa no se afectará a los comedores, pero qué garantía podemos tener, si desde enero le quitaron el subsidio a 'San Pedro' porque se cambió de un lugar donde ya no se le necesita, a una zona realmente pobre. Dicen que un reglamento lo prohíbe pero... ¿y los pobres?", inquiere indignada la dirigente ante la expectante mirada de los niños y jóvenes que hacen la cola por su ración. Pese a ello el comedor no ha dejado de funcionar y actualmente atiende a 71 comensales, la mayor parte de ellos niños y ancianos. El menú de ayer, sábado, fue chupe de atún y puré con arroz y huevo duro. Un plato bien servido por dos soles. Y a los niños más pobres les dan doble ración de sopa por el mismo precio. La presidenta del comedor, Hanalí Paredes Bustamante, relata que funcionarios del Pronaa constataron las necesidades del lugar, la demanda de los niños, pero igual les quitaron el subsidio. "Como sea seguimos, porque aquí hay muchos niños que se quedan solos en sus casas mientras sus padres salen a trabajar. ¿Cómo se alimentarían ellos si cerramos?", refiere, sin dejar de servir las raciones. "Invitamos al presidente que venga, a la primera dama, a la ministra, para que vean cuánto necesitamos el apoyo", acota la tesorera del comedor, Celeste Gómez Mendoza. Según la coordinadora de comedores populares de Comas, en su distrito hay más de 400 comedores populares, muchos de los cuales reciben el subsidio del Programa Nacional de Asistencia Alimentaria (Pronaa), que hoy se traduce en el reparto de aceite y arroz. Asegura que pese a las declaraciones de la ministra de Desarrollo e Inclusión Social (Midis), Carolina Trivelli, temen que ante la desaparición del programa, se corte el aporte que reciben en la actualidad. Adiós al Pronaa La semana pasada,la ministra Trivelli anunció la decisión del Ejecutivo de cerrar el Pronaa a fin de año, pues -de acuerdo a su versión- no ha cumplido los objetivos para los que fue creado. Este programa nació en febrero de 1992 por un decreto supremo que fusionó la Oficina Nacional de Apoyo Alimentario y el Programa de Asistencia Directa, transfiriéndolos a la entonces Presidencia del Consejo de Ministros. Su misión era brindar apoyo alimentario a las áreas urbano marginales y las zonas rurales más deprimidas del país. Con el tiempo, sus funciones fueron transformando su marco legal, hasta convertirse en una entidad más burocrática, y durante el régimen fujimorista fue utilizada con fines políticos durante sus campañas electorales. En 1999, con la Ley N° 27060, se estableció que el Pronaa debía adquirir de forma directa productos alimenticios a los productores locales, como una forma de promover la compra a los pequeños productores. Posteriormente se encargó también de distribuir alimentos a las familias que resulten damnificadas por emergencias debido a desastres naturales o por la mano del hombre. Las modificaciones que ha sufrido el Pronaa la hicieron poco eficiente, por lo que el Ejecutivo decidió cerrarlo y crear el Qali Warma, focalizado en atención alimentaria para niños, entre 3 y 12 años, que asisten a la escuela. Pese a las protestas de las madres de los comedores populares, el gobierno se ha reafirmado en su postura: el 31 de diciembre el Pronaa cerrará definitivamente. Solo falta que 30 comedores pasen al control de los municipios La directora Nacional del Pronaa, Paola Bustamante, explicó que el marco normativo de esta entidad se convirtió en la principal dificultad para cumplir con su principal objetivo, de prevenir la malnutrición infantil. Refirió que se convirtió en un programa de promoción del producto local, que no permitía privilegiar que los niños reciban un alimento nutritivo, saludable, rico y diversificado. "En los últimos años Pronaa se convirtió en un ente logístico", dijo. Descartó que los comedores populares sean afectados, pues, el presupuesto para los subsidios siempre fue de los gobiernos locales, lo que se reforzará con el proceso de transferencia, que culmina en noviembre. "En este momento 195 municipios provinciales tienen a su cargo los comedores. En el caso de Lima Metropolitana solo faltan 30", indicó. Claves La Coordinadora de comedores populares y clubes de madres de Carabayllo y miembro de la directiva de Lima Metropolitana, Nelly Miranda, dijo que el presupuesto de los municipios para comprar alimentos no se ha incrementado, pese al aumento de los precios. Mostró su preocupación porque se está pasando la responsabilidad de los comedores a los municipios de forma acelerada. "Queremos una transferencia con garantía de que el programa subsistirá", exigió. En cifras 3'900 usuarios tiene el Pronaa para el 2012, la mayor parte niños menores de tres años. 670 millones de soles es el presupuesto para atender a los beneficiarios. 250 millones adicionales necesitan para cumplir con las metas de este año