Por Gonzalo García Núñez.- Mientras algunos actores partidarios se sacan la chochoca sobre el encriptado affaire del Consejo Nacional de Inteligencia, la economía discurre impertérrita. En efecto, la renuncia de un profesional indiscutido como Alfonso Panizo es un ladrillo lanzado en las aguas encrespadas de las contiendas partidarias. Sin embargo parece que el julepe no le hace yaya a la economía. El índice de riesgo-país no solo no sube sino que haciendo caso omiso a la bullanga cae a su menor nivel histórico: 316 puntos básicos, el martes pasado, en plena bronca. Para comparar, ese martes Argentina andaba en 4 787 ppbs., el Ecuador en 1099, Venezuela bordeaba los 800 y Brasil estaba por debajo de los 670 puntos. Hace un año, nuestro índice de riesgo fue de 816 puntos. La reducción ha sido de 500 ppbs. Salvo Chile -debajo de 120- y México que juega en el túnel de los doscientos puntos, el Perú es considerado como de menor riesgo relativo entre los países dichos emergentes. Con una foja de administración económica evaluada por la misión del FMI, el Perú se presenta mañana martes 23 y el miércoles 24 a la Asamblea Anual conjunta del Fondo Monetario y el Banco Mundial, que se instala en Dubai, urbe de los emiratos árabes. Allí viajaron el ministro de Economía, el presidente del Banco Central, gerentes y expertos, casi 24 horas de sentada en avión. ¿Cuál es la maqueta del país en la vitrina externa? ¿Cómo llegamos a este cotejo? Según un reporte preparado por expertos del FMI para discusión en uno de los talleres de este encuentro anual, la imagen económica del país se asocia al crecimiento del producto bruto interno ininterrumpido desde hace 25 meses. Entre enero y julio de este año, la economía crece al 4.3%, jalada por la manufactura no primaria -4.7%- y la vigorosa industria minera, en especial del oro. Si la tendencia no se altera, nuestra economía habrá acumulado un resultado cercano al 10% en tiempo democrático. Unos dicen que es porque estamos en la subida del ciclo económico. Otros que estamos en la meseta. Lo concreto es que se necesita crecer y superar las fluctuaciones. El mismo reporte indica que la inflación chola es mínima, la menor de América. Cerró en 1.52% en el 2002 y se desliza en un corredor cuyo centro está en 2.5% con un piso en 1.5% y un techo de 2.5%. Agosto terminó en cero y fracción, septiembre irá por allí, de manera que las computadoras sugieren que el índice final tocará el piso en diciembre. Con la tasa de cambio sucede algo igual. El mercado allí no se mueve. La depreciación cambiaria es inaudible: sol y dólar estan fuertemente estables, respaldados por reservas internacionales que financian un año y medio de las importaciones. La calificación del bono global 2012 peruano que marca los 316 puntos, treinta y cuatro por ciento menos que hace poco, y la caída de la tasa de los bonos del tesoro norteamericano a 10 años -ahora en 4,1%- abaratan el costo de acceso al mercado de riesgo soberano. Esto abre nuevas perspectivas a los proyectos de inversión, carretera, posta y aula, el trinomio del desarrollo material de las regiones del país. En tal contexto, la tasa interna referencial de las operaciones de las empresas de menor riesgo bajó de 3.7 a 3.5% en soles y en dólares, de 1.8 a 1.7%, con un Libor a 3 meses de 1.14 en USA como referencia. Mientras tanto la tasa anualizada en soles -comercial para préstamo y descuento de documentos- se ubica en el corredor de 14.3 a 14.8%, aunque dicho promedio es una aproximación sutil a la diversa gama de operaciones y plazos en los distintos segmentos del mercado bancario. Para comparación útil, nuestros vecinos brasileños pugnan por abatir la tasa básica, el SELIC, a 20%. Aquí estamos en una interbancaria de 2.75%. Estas son algunas de las credenciales de la delegación peruana a la Asamblea anual de las principales instituciones financieras del planeta. También el novísimo team de Junín lleva en las alforjas el ruido de las pugnas chuponeras, normal nomás, el retumbar de las marchas obreras en las calles de Lima, las demandas de recursos de sus regiones, el debate sobre los cálculos y procedimientos tributarios, telón de fondo, el reclamo de trabajo para la gente. Traerá, esperamos, la comprensión de los esfuerzos que hacemos los peruanos para encontrar una vía autónoma al desarrollo económico democrático, que no excluye, ciertamente el (mal) humor, la majadería o el sinsabor, componentes varios de la doliente psiquis nacional.