Cargando...
Política

José Ragas: “Boluarte no ha sido un contrapeso a intentos del Congreso por capturar las instituciones”

El historiador de la Universidad Católica de Chile alega que la presidenta no puede moverse libremente en lugares abiertos, por lo que da discursos en espacios controlados. Esto sería una clara evidencia de la falta de legitimidad que tiene el Gobierno.

larepublica.pe
Indiferencia. José Ragas afirmó que este Gobierno no tiene vocación de diálogo. Foto: difusión

El historiador José Ragas afirmó que el país está en un punto de inercia y que a mediano plazo habrá un distanciamiento mayor entre el Gobierno y la población. Advirtió que al haberse descartado el adelanto electoral se crean condiciones para salidas más inciertas. Dijo que la imagen del Perú se ha deteriorado en el último año.

-La presidenta Dina Boluarte tiene tan solo 9% de aprobación. ¿Cuáles son las razones para tan baja popularidad?

-Lo primero tiene que ver con la estabilidad económica. Uno de los asuntos que se achacaba al Gobierno de Castillo es que no había resuelto la calidad de vida de la población y, supuestamente, con su salida se iba a resolver este tema con el siguiente régimen. Boluarte no ha logrado cumplir con mejorar la economía porque hay una recesión en el país. Además, hay una percepción muy creciente por parte de la ciudadanía de una mayor inseguridad ciudadana. Otro factor que explica su desaprobación es la alta tasa de represión en las marchas y un deterioro del Estado de derecho porque Boluarte no ha servido de contrapeso a los intentos del Congreso por capturar las instituciones del país, como los organismos electorales o la Junta Nacional de Justicia.

-¿Hasta qué punto se puede conducir el país con esta falta de representatividad, con un Congreso que tiene 5% de aprobación? 

-Me temo que hemos llegado a un punto de inercia. Hemos cruzado un umbral, donde anteriormente cuando había una situación de crisis las autoridades respondían a la insatisfacción de la ciudadanía. Por otro lado, hay un hartazgo de la población y cuesta mucho coordinar movilizaciones. El país va a seguir operando, pero a mediano plazo habrá una distancia mucho mayor entre los ciudadanos y los poderes del Estado.     

- ¿Se ha roto la capacidad de diálogo entre el Ejecutivo y el país o es que nunca ha existido?

-Al Gobierno no le ha interesado el diálogo. Sus primeras acciones hace un año han sido la represión y eso es lo que ha terminado de romper cualquier tipo de canal de comunicación entre el Ejecutivo y la población, que no confía en el Gobierno. Las autoridades de este Gobierno no tienen legitimidad.

-La Universidad de Apurímac envió a sus trabajadores un documento para obligarlos a asistir a una actividad oficial de Boluarte y les prohibió llevar pancartas en su contra. ¿Cómo califica este tipo de prácticas?

-Son prácticas antidemocráticas, pero hay también una fuerte disociación entre la imagen que quiere dar la presidenta y su entorno con la que tiene la población sobre el Gobierno. Dina Boluarte no puede moverse libremente en espacios abiertos, da discursos en espacios controlados por las fuerzas del orden. Esto es un síntoma más de que el Gobierno no tiene legitimidad.   

-¿Qué ha pasado con la población que no reacciona con masivas movilizaciones pese al rechazo expresado contra el Gobierno y el Congreso?

-La población está sometida incesantemente a los ataques del Congreso, del Ejecutivo y la Fiscalía. Entonces, no puedes estar movilizándote constantemente porque eso agota las oportunidades de manifestarte. Hay que tomar en cuenta que las movilizaciones se han ido desinstitucionalizando. Ya no son las de antes, que eran convocadas por gremios, organizaciones, partidos, movimientos. Ahora son más espontáneas y autoconvocadas. Eso puede funcionar en un momento, pero hace que a mediano plazo sea más difícil poder articularlas y hacerlas más efectivas contra coyunturas concretas. 

-El 79% de la población está a favor del adelanto de elecciones. ¿Qué otros caminos quedan si el Congreso y el Gobierno no quieren dejar el poder?

-El adelanto de elecciones es una opción democrática para poder restaurar la legitimidad del Gobierno; sin embargo, fue rechazado por el Congreso, lo cual ha creado un limbo en el país, que es peligroso porque, si no hay caminos institucionales, lo que se crea es una serie de condiciones para que se den salidas más inciertas o para que caudillos quieran aprovechar esta situación y puedan tener poder para gobernar.   

-El grupo Iniciativa Ciudadana ha exhortado a las Naciones Unidas para apoyar a una mesa de diálogo nacional con el objetivo de adelantar los comicios. ¿Qué opina?

-Es uno de los caminos que se pueden tomar, porque es una propuesta institucional que cuenta, además, con el arbitraje internacional, pero que no solamente requiere de la articulación de fuerzas sociales, sino que depende también de la voluntad tanto del Ejecutivo como del Congreso. 

-¿Cómo salir de la crisis política si no existe una renovación de la oferta partidaria?

-En el corto plazo, los partidos tienen una oportunidad para reinventarse y mostrar a sus mejores cuadros, pero no lo están haciendo y es poco probable que lo hagan ante un escenario de adelanto de elecciones.

-¿Cuál es la imagen del país en el exterior, cuando no hay avances en las investigaciones sobre las muertes en las protestas y con el desacato a la sentencia de la Corte IDH en el caso Fujimori?

-La imagen del Perú ha experimentado un deterioro constante en el último año. Esto ha tenido su punto álgido con las muertes que, se ha establecido, provinieron de las fuerzas del orden, por el hecho de que el Estado no ha asumido responsabilidad, que ha prestado muy poca atención a los organismos internacionales. Esto explica por qué la presidenta hizo tantos viajes al exterior para tratar de balancear esta imagen negativa; pero eso solo ahondó en una mayor recepción adversa que tenía el país porque los viajes de la presidenta demostraron que no está insertada en una comunidad internacional y esto se ha visto confirmado con el desacato a la Corte IDH al liberar a Fujimori. Este tipo de eventos afectan también las inversiones y las relaciones bilaterales.