El jefe del Servicio de Material de Guerra del Ejército (SMGE), general de brigada EP William Lozano Flores, aseguró en una entrevista que la empresa estatal Fábrica de Armas y Municiones del Ejército (FAME) había convocado a concurso internacional y probado modelos de fusiles de asalto, antes de suscribir un convenio con la compañía Industria de Armas de Israel (IWI, por sus siglas en inglés). Fuentes de FAME consultadas por La República lo negaron.
El general Lozano también reconoció en la misma entrevista que originalmente estaba previsto probar varios modelos, como en ocasiones anteriores, para elegir el mejor fusil. Pero el Ejército cambió de opinión y decidió contratar directamente a FAME, que había firmado convenio con IWI para ensamblar el modelo Arad 7. De esta manera, el instituto castrense dejó de lado una práctica de varios años para comprar fusiles de asalto: los protocolos de prueba.
“En relación con los fusiles de asalto calibre 7,62 x 51 mm, inicialmente iba a ser un procedimiento competitivo e iba a estar a cargo de la Agencia de Compras de las Fuerzas Armadas. Pero aprovecho la ocasión para expresar (…) que nuestra Fábrica de Armas y Municiones del Ejército (FAME), como entidad estatal, ha presentado una propuesta para suministrar 10.000 fusiles. Esto a raíz de que ha hecho un concurso internacional y un convenio de cooperación con una empresa del Estado de Israel. Me refiero a la empresa IWI. Es fabricante de una serie de armamentos, entre ellos los fusiles Galil, de los cuales el Ejército cuenta con 40.000. Pero los fusiles se van modernizando. En este caso, hoy en día el fusil de IWI es el Arad 7, que es una versión mejorada del fusil Galil”, dijo el jefe del SMGE al programa de YouTube ‘Yo amo a mi Ejército’, del 4 de agosto de este año.
Protocolo. En 2009, el Ejército probó varios fusiles. Foto: difusión
Sin embargo, fuentes de la Gerencia General de FAME confirmaron a La República que la empresa estatal no convocó a ninguna competencia en la que participaron compañías extranjeras fabricantes de fusiles de asalto de 7,62 x 51 mm.
“Hay una confusión al respecto. FAME tiene una ley propia y bajo el amparo de esa ley vende sus productos a las Fuerzas Armadas en la modalidad por encargo. No ha realizado ningún concurso internacional”, señalaron las fuentes que respondieron a un cuestionario de este periódico.
“Lo que ha hecho FAME es hacer una oferta al Ejército como proveedor de los fusiles que tenemos con un aliado estratégico que es IWI, una empresa israelí con nivel internacional, con la cual se ha firmado un convenio de transferencia tecnológica. Nosotros no competimos con otras empresas”, detallaron las fuentes.
Por lo tanto, tampoco sometieron a protocolo de pruebas varios modelos y como resultado salió ganador el Arad 7. Funcionarios de IWI simplemente concurrieron a la sede de la compañía en Israel, donde se hicieron demostraciones con el fusil. No en el Perú, como en anteriores oportunidades lo hizo el Ejército, porque FAME no cuenta con la infraestructura adecuada.
“Para ofrecer el fusil Arad 7, FAME ha visitado las instalaciones de IWI para la verificación del armamento y que pase una serie de pruebas como: de lodo, arena, de tormento, dispersión, temperatura, entre otras pruebas, de acuerdo a los estándares de la OTAN”, indicaron las fuentes de FAME.
“¿Y por qué las pruebas se hicieron en Israel y no en el Perú? Porque en el Perú no contamos con la tecnología ni las instalaciones para ese tipo de protocolo. No es cuestión de disparar, es todo un proceso con máquinas especiales para hacer ese tipo de protocolos, como máquinas de precisión, máquina de caída, hornos de temperaturas, y eso no lo tiene el Perú”, explicaron las fuentes.
Jefe del SMGE. General EP William Lozano Flores. Foto: difusión
El 29 de mayo de este año, FAME e IWI anunciaron la firma de un acuerdo para el ensamblaje en el Perú de armamento ligero como el Arad 7. Para ese momento, el SMGE estaba en pleno proceso de convocatoria a las empresas extranjeras productoras de fusiles de asalto de 7,62 x 51 mm.
La República obtuvo copias de cartas firmadas por el jefe del SMGE, general de brigada William Lozano Flores, dirigidas a productoras internacionales de fusiles de asalto, así como comunicaciones escritas de estas compañías al general Lozano. Estos documentos prueban que para la compra de 10.000 fusiles el Ejército se propuso someter a un protocolo de pruebas a las concursantes en el Batallón de Armamento. Incluso las empresas cumplieron con internar en el país sus diseños.
El 7 de febrero de este año, el general William Lozano escribió: “En vista de que en el presente año se llevará a cabo el Procedimiento de Selección por Régimen Especial, agradeceré realizar las coordinaciones pertinentes con la debida anticipación para que el fusil de asalto calibre de 7,62 x 51 mm participe en el Protocolo de Prueba a desarrollarse en la primera quincena del mes de abril del presente año, el mismo que debe ser internado en los almacenes del Batallón de Armamento n° 512, Barbones, El Agustino”.
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Incluso el general Lozano fue tajante al señalar que si no se presentaba, quedaba fuera del proceso de selección: “En caso de que su representada no cumpla con haber internado el referido fusil en el Batallón de Armamento n °512 en el plazo previsto, se asumirá como desestimada su intención de participar en dicho procedimiento de selección”.
El 10 de abril, el mismo general Lozano comunicó a las empresas que “el cronograma de actividades ha sido ampliado hasta el 15 de mayo del 2023 para la presentación de propuestas e internamiento de los fusiles que participarán en el protocolo de pruebas en el Batallón de Armamento n° 512”.
Pero no se cumplió con el cronograma, por lo que las empresas preguntaron al general William Lozano qué es lo que había pasado. El 4 de junio, el general William Lozano respondió a las compañías: “En referencia a la carta en la que se hace conocer que a la fecha no se confirma la realización del Protocolo de Pruebas, al respecto es necesario mencionar que FAME, facultada por el objeto de su ley de creación Ley n° 29314, ha presentado una propuesta para suministrar fusiles de asalto calibre 7,62 x 51 mm”.
Diseño israelí. El Arad 7 es una versión mejorada del Gali, fusil de asalto que sí compitió y fue sometido a pruebas por el Ejército en el Perú.
Como lo señala el mismo general Lozano en la carta citada, hasta ese momento el proceso de compra de los 10.000 fusiles estaba bajo la supervisión de la Agencia de Compras de las Fuerzas Armadas (ACFFAA). Pero el 26 de julio, el Ejército excluyó del ámbito de competencia de la ACFFAA la adquisición de los fusiles de asalto.
Menos de un mes después, el 22 de agosto, el jefe del SMGE, general William Lozano Flores, y el gerente general de FAME, coronel EP Marco Vega Oliveros, firmaron el contrato para la venta de los 10.000 fusiles Arad 7. IWI, que antes había sometido al protocolo de pruebas a sus modelos de fusil, esta vez ganó un contrato de S/103,7 millones sin competir con nadie.
En una entrevista con el portal defensa.com, el vicepresidente de Ventas y Marketing de IWI, Nathan Hendler, aseguró que el conflicto bélico que enfrenta su país no afectará la fecha de entrega de los fusiles Arad 7.
“El Arad 7 fue probado por dos delegaciones, la primera de FAME y la segunda del Ejército del Perú. En ambas fue sometido a las pruebas más extremas, según los más estrictos estándares de la OTAN”, dijo. Pero las pruebas no fueron parte de una competencia ni se hicieron en el Perú.
El Ejército ya había convocado a concurso a varias empresas extranjeras que trajeron sus fusiles al Perú, pero de la noche a la mañana cambió de opinión y contrató a FAME, que tenía un acuerdo comercial con IWI para ensamblar los fusiles Arad 7 en Lima.
El Ejército ya había convocado a concurso
a varias empresas extranjeras que
trajeron sus fusiles al Perú, pero de la
noche a la mañana cambió de opinión y
contrató a FAME, que tenía un acuerdo
comercial con IWI para ensamblar los
fusiles Arad 7 en Lima.