A finales de junio de 2021, en una entrevista para Cuarto Poder, el ahora primer ministro, Aníbal Torres, quien lideraba el equipo técnico en materia legal del entonces candidato a la presidencia de la República Pedro Castillo, afirmó que “correrá mucha sangre” en el supuesto de que la maquinaria puesta en marcha por Fuerza Popular lograse un golpe de Estado amparado en una inverosímil narrativa del fraude.
Los resultados de la segunda vuelta de las Elecciones Generales 2021 favorecían, aunque escuetamente, a Perú Libre, y la tendencia no parecía revertirse para malaventura de Keiko Fujimori. La amenaza naranja que oscilaba entre el ´terruqueo´y el fraude arrinconaba a un silencioso Pedro Castillo que esperaba, acaso sorprendido, el veredicto final. En ese contexto apareció la figura de Aníbal Torres.
“Si están intentando un golpe y llevan a cabo ese golpe, no lo van a celebrar. Correrá mucha sangre en el país, pero fracasarán, no lo van a lograr. No es como en otras épocas que los golpes de Estado se celebraban, eso no es”, fueron las palabras de quien a partir de entonces se convertiría en uno de los estandartes de la defensa del presidente.
Días después, el periodista Mario Bryce entrevistó a Torres en el programa Hackeando la Política para consultarle, entre otros asuntos referidos a un supuesto fraude, el porqué del vaticinio cruento refererido anteriormente. Ante ello, el jurista respondió con indignada firmerza un monólogo que parecía no solo dirigido a Bryce y al almirante retirado Jorge Montoya, sino al conjunto de medios de comunicación que se había alineado a la causa naranja para petardear a Perú Libre.
“Eso es lo que he dicho, y eso no ha dicho tu amigo (Jorge) Montoya y tampoco tu candidata. Seguramente tú estás acostumbrado a atarantar a la gente, conmigo no. Yo he dicho eso porque se está llevando ese proceso que va a conducir a un golpe de Estado. Están conduciendo a la sociedad a una guerra civil, ¿y qué crees que es? ¿en la guerra civil qué corre? ¿agua?. No vas a venir a hablar barbaridad y media porque tienes el medio, engañando a la gente, yo te voy a escuchar. No, muchachito; no. muchachito tonto. Habla con la verdad, habla con ley, tú no eres la ley, los jueces no van a hacer lo que tú estás opinando o lo que está opinando tu candidata o Montoya”, sentenció.
A mitad de noviembre, luego de haber sido ratificado como presidente del Banco Central de Reserva (BCR), Julio Velarde criticó una norma que limitaba los intereses a fin de evitar la usura bancaria. A Torres no le cayó nada bien el comentario y lo calificó de “ignorancia absoluta” para luego considerar que la opinión de Velarde era un “disparate”.
“Salió el mismo presidente del directorio a criticar la ley que establecía esa limitación (de intereses) diciendo que eso atenta contra la libre competencia. Y eso es otra ignorancia absoluta, solamente porque este gordito dice cualquier disparate, entonces es verdad”, mencionó.
Unas semanas después y a poco más de cuatro meses de haber jurado como ministro de Justicia, asediado por el fantasma de la vacancia que ha escoltado cual sombra todo el periodo de gobierno de Pedro Castillo, Torres salió una vez más en defensa del presidente para enfrentar los susurros de vacancia que llegaban desde el Congreso.
“La vacancia promovida por algunos congresistas, sus financistas y prensa aliada carece de todo fundamento. Utilizan la vacancia como juicio político, para repetir el golpe de Estado del 2020 y sus conocidas consecuencias. Los golpistas anhelan imponer un gobierno totalitario”, escribió en Twitter el 1 de diciembre de 2021.
Ya en enero del presente año, el presidente Castillo fue cuestionado porque durante los primeros días de su Gobierno despachó desde su domicilio ubicado en el pasaje Sarratea, en Breña, en vez de en Palacio de Gobierno. Lo que en un principio habría pasado como una tíbia anécdota se convirtió en un problema mayor cuando se conoció que la empresaria Karelim López había visitado la vivienda del jefe de Estado poco antes de ganar una licitación millonaria.
Al mandatario se le pedía una lista de nombres de las personas que habían visitado su domicilio. Sin emmbargo, entre silencios, se llegó a saber que aquella lista no existía. Torres intervino una vez más al ser consultado por el periodista Jaime Chincha al respecto. Irónico, respondió con otra pregunta que invocó la risa y el desconcierto.
“Quiere decir esto que, si el presidente se va a la playa, ¿tiene que irse cargando un libro para ver que alguien se acerca a felicitarlo, darle un abrazo y que firme previamente?”, expresó.
Antes de que el periodista pueda rebatir, Torres continuó: “La costumbre de ustedes es tratar de desvirtuar lo que uno dice, ¿no? Conmigo usted no va a poder hacer eso. Y le vuelvo a manifestar, una y mil veces, que el presidente allí no tenía un libro registro”.
La ironía parece ser un comensal recurrente en el humor de Aníbal Torres, pues a inicios de febrero, ante las especulaciones sobre unas presuntas pugnas por otorgarle el indulto al líder etnocacerista Antauro Humala, Torres sorprendió con una fábula improbable que conducía a una fuga.
“Como no se puede por ley, voy a hacer que salte una pared. En ese momento voy a hacer que toda la Policía se vaya a almorzar y le voy a poner un auto que tenga una velocidad de unos 300 kilómetros por hora para que se vaya”, dijo en los exteriores de Palacio de Gobierno.
Un día después, incómodo por la falta de humor de sus interlocutores, Torres aclaró en su cuenta de Twitter que el hermano del expresidente Ollanta Humala no puede salir en libertadad, y que la salida de la extitular del INPE, Susana Silva Hasembank, se debió a la autorización para el retorno del exdictador Alberto Fujimori a “su cárcel dorada”.
“Por ley, Antauro Humala no puede salir en libertad, lo dije desde que asumí el cargo. Ayer, sarcásticamente, dije: ‘Lo voy a hacer saltar el muro de la cárcel cuando los guardianes estén almorzando y en la calle lo esperará un auto para que fugue a 300 km/h’. Pero ni así entienden. La expresidenta del INPE, contra lo dispuesto, ha hecho volver a Fujimori a su cárcel dorada. Este es un acto de corrupción y de discriminación entre sentenciados”, explicó.
El último martes 8 de febrero, Aníbal Torres fue designado por el presidente Pedro Castillo como titular de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) en reemplazo del congresista de Perú Democrático, Héctor Valer Pinto. Torres dirige ahora el cuarto gabinete ministerial desde que el jefe de Estado asumió el cargo y, por lo pronto, nada parece indicar que moderará su particular ironía para enfrentar las causas que, guste o no le guste a las mayorías, les parecen justas.