Elizabeth Huanca
El congresista por Arequipa, Edwin Martínez renunció de forma abrupta al grupo parlamentario de Acción Popular el último viernes. Su dimisión generó molestia entre los militantes de la “lampa” en la Ciudad Blanca. Lo acusan de abandonar el barco en los momentos más críticos del partido. Otros lo tildan de “sinvergüenza”.
Con las aguas más calmadas, el parlamentario da la cara aunque no con una respuesta clara sobre su alejamiento. “Lo hice por mi tranquilidad, quería respirar otro aire (…) Nadie influyó en mí. Soy de aquellos que toman decisiones personales, no sé, de arranque, locura o pasión”, responde y remarca que su renuncia es exclusiva a la bancada de Acción Popular en el Congreso, más no al partido, grupo en el que milita hace más de 20 años.
¿No estaba cómodo en el grupo? “Cuando hay algo que no está engranando es mejor sacar esa pieza (…) se ha querido utilizar la imagen de Fernando Belaúnde para decir que somos el partido moralista honesto, estadista, cuando en la práctica no lo estamos demostrando, es mejor irse. Lo que he hecho es renunciar por mi tranquilidad”, insiste. En ese contexto, muestra su incomodidad por la forma en la que se conduce la agrupación, cuyas elecciones internas se frustraron el pasado 25 de setiembre.
El congresista, además desliza la existencia de marginación dentro de su bancada “¿por qué cree que no presido ninguna comisión (…) Desde que ingresé a Acción Popular creo que nunca he sido bien visto por mis correligionarios. En Arequipa también me han tratado de borracho, mujeriego y mataperro”, comenta en una especie de catarsis en la que rechaza la condena de 1 año que le impuso un juez por manejar en estado de ebriedad años atrás. “Asumí la responsabilidad pero me pareció un exceso que me lleven a juicio y me condenen cuando hay autoridades, jueces, fiscales que hacen ello”, comenta.
Martínez, además, señala que hay deslealtad dentro de partido. Cuestionó que su carta haya sido difundida a la prensa sin que esta haya sido aceptada por el presidente del grupo.
“Puse mi carta de renuncia, ellos (AP) toman la decisión si la aceptan o no. Si es que en algo sirvo para el partido, seguro que no la aceptarán”, comenta. Explica que es consciente que con su renuncia pierde derechos como integrar comisiones o presidirlas. “No necesito estar en una comisión para trabajar (…) Yo no necesito figurar porque tengo luz propia”, responde.