Caída. En medio de una crisis económica, sanitaria y social, y luego de haber tenido tres presidentes en nueve días, el Perú recuerda la insólita renuncia del exdictador Alberto Fujimori, quien emitió una carta vía fax desde Japón, país donde intentó quedarse para evitar la justicia.
Fue hace 20 años, exactamente un 19 de noviembre del 2000, que llegó al despacho del entonces presidente del Congreso, Valentín Paniagua, un fax en donde el fugitivo le comunicaba su decisión de abandonar el cargo de jefe de Estado.
Es así que tras fugar del país, Alberto Fujimori presentó su renuncia de manera irrevocable tras su intento fallido de adelantar las elecciones generales y usando el Parlamento para promover la ley de reforma constitucional N.° 27365, para acortar su ilegal mandato luego de que comenzará la difusión de los ‘vladivideos’.
“He vuelto, entonces, a interrogarme sobre la conveniencia para el país de mi presencia y participación en este proceso de transición. Y he llegado a la conclusión de que debo renunciar, formalmente, a la Presidencia de la República, situación que contempla nuestra Constitución, para de este modo, abrir paso a una etapa de definitiva distensión política que permita una transición ordenada y, algo no menos importante, preservar la solidez de nuestra economía”, expresó el ahora presidiario desde la clandestinidad.
La carta de Fujimori no solo expresaba su renuncia, sino que argumentaba una serie de justificaciones a lo largo de diez años de manejar los poderes del Estado y perpetrar la autonomía del mismo.
En efecto, el ahora interno del penal Barbadillo sostuvo que “actuó sin cálculo político” y que nunca estuvo “preocupado por la popularidad”. Palabras que quedaron desmentidas luego de conocerse las maniobras planeadas con Vladimiro Montesinos para difamar a rivales políticos usando a los medios de comunicación y los recursos del gobierno.
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Esta renuncia de Alberto Fujimori no fue intempestiva, pues ante el descubrimiento de 48 millones de dólares a su entonces asesor Montesinos en un banco Suizo, y la posibilidad de que fuera juzgado por hechos de corrupción, el exdictador comenzó a borrar las huellas del delito y planear su viaje sin retorno.
El 13 de noviembre de ese año, Fujimori salió del Perú bajo el pretexto de participar en la Cumbre del APEC en Brunéi, país del sudeste asiático desde donde viajó hasta Japón para, posteriormente, desde Tokio ir a Panamá y asistir a la X Cumbre Iberoamericana.
Sin embargo, el expresidente nunca llegó, aprovechó su ciudadanía japonesa para quedarse en el país asiático luego de conocerse que intentó una maniobra usando una supuesta persecución a Vladimiro Montesinos, mientras que él salía del país —literalmente— con las maletas llenas de dinero.
Ya instalado en Tokio, el exdictador envió el fax y de esa manera intentar utilizó uno de los artículos de la Constitución Política para sustenta su renuncia y evocar una supuesta inestabilidad.
Tras la renuncia de Fujimori Fujimori y de sus vicepresidentes, el Congreso declaró la vacancia de la presidencia de la República y acordó que Valentín Paniagua asumiera un gobierno transitorio.
El 2005 Fujimori salió de Japón con destino a Chile supuestamente para preparar su candidatura presidencial. Finalmente, fue arrestado hasta su extradición al Perú en noviembre del 2007.
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