Fiorella Montaño
Arequipa. Los más de 22 000 habitantes del distrito de La Joya y sus anexos tienen prohibido enfermar. Desde 2014 se edificaba un hospital nuevo, pero hace dos años la obra está abandonada e inconclusa. Lo que funciona es un centro de salud repartido en diversos ambientes.
Los consultorios, el área de Emergencia y oficinas se reubicaron primero a un coliseo y luego a un hospital de campaña ubicado en plena calle. El poco personal médico hace lo que puede en esta infraestructura provisional. No hay morgue. Los cadáveres son colocados en camillas en la parte trasera del centro de salud, cuenta Elena Zeballos, directora del centro de salud.
Los enfermos son los afectados principales. Sonia debe aguantar el dolor que le provoca una hernia.
El miércoles pasado, acudió al centro médico por un dolor estomacal. Le dieron calmantes y regresó a casa. El jueves en la mañana, el dolor de la hernia era tan insoportable que no podía articular palabras. La técnica que la atendía no podía entenderla. La especialista que debía tomarle una ecografía no se encontraba. La única salida era la operación y en Arequipa.
La sala de emergencia donde atendían a Sonia apenas tenía dos camillas, un balón de oxígeno y unas cuantas medicinas. Era más parecida a una sala de triaje. Emergencia fue adecuada en una oficina de la municipalidad de La Joya, ya que el hospital de campaña de al lado tiene el techo lleno de goteras.
La Joya no sabe cuánto tiempo padecerá por estas condiciones deplorables en la prestación de salud. La obra está abandonada. Se necesitan S/ 2 566 000. El alcalde de ese distrito, Gilmar Luna, solicitó a la Contraloría que dé luz verde a ese ajuste. El pasado 3 de febrero, ese organismo notificó al alcalde que la demanda no tenía justificación. La razón era la falta de recursos financieros. Además, el expediente técnico está mal hecho y eso habría provocado el desbalance financiero.
La República intentó conversar con la autoridad. No estaba en su despacho. Señalan que solo va dos veces por semana. Tampoco respondió los mensajes enviados, para que responda por el adicional firmado por él. El gerente de Desarrollo Urbano de la comuna, Rudy Puma, señaló que apenas tenía dos días en el cargo. No está muy empapado, pero gestiona una reunión con el consorcio ejecutor para plantear una solución.
La Contraloría halló varias irregularidades. Por ejemplo, el expediente de construcción tenía dos tipos de partidas para un mismo trabajo. El consorcio constructor, integrado por Atlanta EIRL y Oriana Contratistas, ejecutó las partidas que tenían un monto superior, las que lo favorecían. En otra parte del expediente, se consideraban unos trabajos que luego fueron suprimidos en otra parte. La contratista no ejecutó los trabajos que tenían este problema, aun así pidió un adicional de S/ 2 millones y medio.
No es la primera vez que se advierten irregularidades en esta obra. El 2018 la Contraloría notificó al exalcalde con un informe que detalla más anomalías.
Se encontró que se le había pagado a la empresa por colocar el cielorraso de la infraestructura, pero no lo hizo.
El supervisor de la obra había señalado que este material se instaló. Además, la constructora había utilizado ladrillos que sobraron de una obra anterior en la zona y los hizo pasar como parte de sus compras. Todo esto, con el visto bueno de la supervisión a cargo de Juan Carlos Lima Leandres, quien también hizo el expediente.
Pese a las irregularidades de la constructora y supervisora, el contrato se mantiene. Tampoco se le impuso una sola penalidad. La obra tenía que entregarse en julio del 2018.
La confusión sobre la denominación de la infraestructura de salud se inició hace más de 10 años, cuando Juan Herrera, exalcalde distrital, planteó este proyecto. La idea fue acogida por la Municipalidad Provincial de Arequipa y se empezó a construir el 2014 como un hospital. Sin embargo, la obra fue paralizada porque el Ministerio de Salud declaró inválido el expediente técnico. Estaba mal elaborado y se necesitaban S/ 20 millones para terminarlo, no los S/ 9 millones que se tenían presupuestados.
La obra se retomó en noviembre del 2017, aunque ya se había avanzado con gran parte de la infraestructura. La Municipalidad Distrital de La Joya elaboró un nuevo expediente para concluir lo restante de la obra por otros S/ 9 millones, pero otros problemas con el expediente hicieron paralizar la obra el 5 de diciembre del 2018.
La historia se volvió a repetir, ya que el monto proyectado en el expediente no era el necesario para concluir los trabajos. Entonces, se solicitó un adicional de S/ 2 566 000. El incremento en el presupuesto representaba un aumento de 28.28%, por lo que, según norma, debía ser aprobado por la Contraloría.