El anuncio hecho por virtuales congresistas de Unión por el Perú de colocar en la agenda del Parlamento la amnistía de Antauro Humala o solicitar un indulto humanitario a su favor ha generado preocupación y también rabia en los familiares de los policías que fallecieron en la asonada etnocacerista del 2005 conocida como ‘Andahuaylazo’.
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“No quisiera que lo suelten, debe cumplir los años a que fue sentenciado. Él va a salir con vida, pero mi hijo se fue para siempre. ¡Han matado a mi hijo! ¡Dejaron a su familia abandonada! Por eso yo no quiero que salga”, sostiene a viva voz Cristina Fernández, madre del suboficial de segunda PNP Ricardo Rivera Fernández.
Ella refiere que se enteró de la muerte de su hijo a las 6:00 de la mañana del 2 de enero del 2005 cuando encendió su televisor e informaron que las huestes de Antauro Humala habían atacado a los policías que fueron a reforzar la protección de la comisaría andahuaylina.
“Vi que mi hijo cayó, estaba agarrando su bolsillito, no sé qué cuidaba. Y uno que bajaba lo remató. Ahí se quedó mi hijito. Ese desgraciado ha matado a mi hijo, por culpa de él ahora mis nietos viven mal”, sostiene Cristina Fernández en la puerta de su casa en El Agustino.
En San Martín de Porres encontramos a Isabel Orellana, sobrina del suboficial de tercera PNP Abelardo Cerrón Carbajal.
Su opinión no es distinta.
“Ese señor no debe salir de prisión porque ha hecho mucho daño. Mató a cuatro policías. Ha pasado tanto tiempo que la gente se ha olvidado de lo que ha hecho Antauro Humala. Nuestros familiares han dejado un gran vacío que no hemos podido superar”, manifiesta.
Isabel recuerda que muy de mañana los colegas de su tío llamaron a su casa para decir que lo sentían mucho porque Abelardo Cerrón había fallecido. "En ese ratito sentíamos morirnos, no sabíamos qué hacer, no podíamos creerlo", refiere.
Cerrón tenía 46 años. Dejó dos niños, el mayor de diez años y el menor de dos.
En Chorrillos, Johnny Cahuana enfila su rabia contra Antauro Humala porque siente que frustró el futuro profesional de su hermano, el capitán PNP Carlos Cahuana Pacheco.
"No debe salir porque ha atentado contra un gobierno democrático, contra la Policía y contra cuatro agentes. Mi hermano tenía un gran futuro como oficial de la Policía Nacional y se lo arrebataron", anota.
En el año 2009, Antauro Humala fue condenado a 19 años de prisión por los delitos de rebelión, secuestro agravado, sustracción de armas de fuego, daño agravado y homicidio. La pena se cumple en el año 2024.