El domingo el defensor del Pueblo, Walter Gutiérrez, dijo en una entrevista a Agenda Política que el congreso que se viene puede ser pésimo, porque no hay mucha gente de partidos dispuesta a estar en un congreso solo por año y medio. Asimismo, el dizque analista político Fernando Rospigliosi ha augurado que el congreso 2020 será uno de los peores, pues no tendrían tiempo para prácticamente nada, sino aprender sobre el caballo. Otros han dicho que será un congreso muy débil para enfrentar a un Poder Ejecutivo empoderado tras la disolución del congreso anterior. Otros que, por los antecedentes, será un congreso con mala fama de arranque y con un horizonte demasiado corto.
Yo creo que puede suceder todo lo contrario.
Me explico: en la medida que los miembros fuertes de los 24 partidos inscritos no querrán presentarse a un congreso efímero, es la oportunidad para todos los activistas y militantes periféricos a los que permanentemente se les cierran las puertas por tener ideas diversas a los comités políticos centrales. Por otro lado, es el momento de las mujeres, los indígenas y los jóvenes, los “ninguneados” de los partidos, aquellos a los que usualmente se les hubiera colocado al final de la lista de “relleno”. Es también el momento de aquellos ciudadanos y ciudadanas que, sin ser militantes o activistas, estarían interesados en participar de varias listas porque se trata de un tiempo breve en el que pueden aportar desde sus experiencias profesionales a un momento crucial de la historia del Perú. Es el momento de los desinteresados en la política pero que, con curiosidad, quisiera saber si es posible desde un elefante burocrático, poder hacer algo.
Por otro lado, en la medida que el Congreso 2020-2021 estará bajo los ojos de todos los escrutadores, se requieren congresistas que no tengan prontuario sino currículum: que no estén interesados en la inmunidad parlamentaria sino en pasar por la administración pública desde su experiencia del trabajo en la gestión privada.
A diferencia de los analistas que he mencionado, yo sí tengo esperanzas. Pensarán que soy una ingenua, “but I’m not the only one” como decía John Lennon.
Pero, eso sí, también será la oportunidad de Keiko Fujimori para salir de la cárcel y poder tener una curul que le permita “salvarse” por un año y medio. Y en eso sí está totalmente prohibida la ingenuidad, queridos peruanos y peruanas, así que mediten mucho su voto antes de regalárselo a los corruptos.