La interpelación a la ministra de Educación.,En el Congreso se escenifica el tercer ataque frontal de los sectores conservadores contra la reforma de la educación y sus contenidos meritocráticos y de reconocimiento de la igualdad. La ministra de Educación, Flor Pablo, contestará un pliego interpelatorio como en su momento lo hicieron los ministros Jaime Saavedra y Marilú Martens. El pretexto de la interpelación son los errores en los libros del curso Desarrollo, Ciudadanía y Cívica, respecto a su contenido sexual, y busca supuestamente “determinar responsabilidades políticas, administrativas, civiles y penales de personas involucradas en las irregularidades”. Este acto se realiza a pesar de que la ministra Pablo se presentara el 8 de abril ante la Comisión de Educación del Congreso, donde detalló el origen de este error –que se produjo cuando ella no era ministra– y anunciara una investigación y la subsanación de los errores, lo que está sucediendo. Ninguna explicación satisface a la coalición conservadora que pretende derribar la reforma y hacer retroceder la educación peruana varias décadas. El pliego interpelatorio de 29 preguntas es un programa político negacionista de la desigualdad y profundamente conservador respecto de los derechos y libertades. El pliego plantea preguntas provocadoras, con el propósito de enfrentar al Ministerio de Educación (MINEDU) con los padres de familia. Un ejemplo es la pregunta 29 que reza así: ¿Considera que las personas que no están de acuerdo con el denominado “enfoque de género”, los millones y millones de padres de familia son intolerantes y discriminadores? La interpelación tiene el sello del grupo ultraconservador “Con mis hijos no te metas”, el mismo que ha permeado otras decisiones del Congreso, como la supresión del enfoque de género en varios decretos legislativos, y que ha desatado una campaña grosera, irreal e irrespetuosa contra el MINEDU, acusándolo de promover orgías sexuales en los colegios. Siendo la interpelación un mecanismo democrático, resulta obvio que su propósito no lo es. Lo que está en juego son las políticas de protección de DDHH respecto a la lucha contra el terrorismo y la violencia, y el enfoque de género, todo lo cual forma parte de los compromisos del Estado peruano asumidos en convenciones y tratados. Es más, el ataque a la igualdad no viene solo; tras de esta medida también se encuentran otros intereses, especialmente del negocio de la educación, el licenciamiento de universidades y la investigación de gastos indebidos de varias universidades privadas en áreas no relacionadas al fin académico.