“Si algo en común tienen Blanca Nélida Colán y Pedro Chávarry Vallejos... es haberse puesto al servicio de los mismos protervos intereses de ayer y hoy”.,Hace 18 años el Ministerio Público afrontó una crisis institucional muy similar a la que sucede en la actualidad. Y la razón que explica la repetición es que, si bien fueron relevados buena parte de los implicados con la organización criminal de Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos, las prácticas del tarjetazo, el soborno y la componenda, continuaron, como ha quedado comprobado con la difusión de los audios de Los Cuellos Blancos del Puerto. Si algo en común tienen Blanca Nélida Colán y Pedro Chávarry Vallejos –quienes, por cierto, trabajaron juntos– es haberse puesto al servicio de los mismos protervos intereses de ayer y hoy. A los peruanos se nos presenta una nueva oportunidad para expectorar a los malos elementos del Ministerio Público contaminados por modales delictivos y también para destruir a las columnas vertebrales de un andamiaje que favorece las conductas ilícitas en beneficio de los grupos de poder económico y político relacionados con el crimen organizado. Es la ocasión para derribar ese esquema de corrupción que produjo el ascenso de Pedro Chávarry en fiscal supremo, no obstante que defendió a uno de los personajes más notorios de la mafia fujimontesinista, el vendedor de armas James Stone Cohen, hoy prófugo de la justicia. ¿Cómo puede ser mérito para asumir un cargo público tan trascendental como Fiscal de la Nación haber patrocinado a un supercorrupto del gobierno de Fujimori y Montesinos? Ungir a Chávarry fue un acto inmoral. Los conspiradores lo ubicaron en dicho puesto obviamente para que obedezca los dictados de sus patrocinadores. Con autoridades decorativas o cómplices, pueden ocurrir episodios como el que relató el comerciante alemán Heinrich Witt, que vivió en Lima entre 1824 y 1892. Al asumir el poder José Rufino Echenique (1851-1855), este aprobó pagar indemnizaciones a los que sufrieron despojo s durante la guerra de independencia. La ocasión fue aprovechada por él y sus allegados para enriquecerse: “Obtener la firma de Echenique no era material fácil. Sus amigos y parientes tenían que ser gratificados. Aparte del mismo presidente, era muy conocido que durante su periodo su hermano Nicasio, su hermana Benita, (Manuel) Cotes, relacionado a él por matrimonio, el general Juan Crisóstomo Torrico y muchos otros de la misma calaña, así también como los agentes de Torrico, Concha y el general Rivas, lograron grandes fortunas”. Echenique nunca fue a la cárcel porque tuvo a su servicio a operadores de la justicia. Al desembarcar a los fiscales Rafael Vela y José Domingo Pérez, Pedro Chávarry favoreció a los investigados Keiko Fujimori y Alan García, ubicándose en la otra orilla de la lucha contra la corrupción. Se convirtió en un operador como los que tuvo Echenique que lo salvaron de la prisión.