"El presidente incrementó el uso de la mítica palabra “pueblo” en sus relatos y discursos. Eso es muy peligroso porque puede esconder algo que todavía no conocemos de él".,“Queremos que todo el pueblo vaya al referéndum”, “El pueblo es el que manda”, decía el presidente. “El pueblo ha apostado por el Estado de Derecho y la lucha contra la corrupción”, “Tenemos que cumplir con la voluntad del pueblo”, “ha ganado el pueblo peruano” dijo Vizcarra después de conocer el contundente resultado de su consulta. El presidente incrementó el uso de la mítica palabra “pueblo” en sus relatos y discursos. Eso es muy peligroso porque puede esconder algo que todavía no conocemos de él. Recordemos que los gobernantes más entornillados en el poder como el dictador Nicolás Maduro o el eterno Evo Morales, conocidos, no precisamente por respetar la democracia, emplean ese gran comodín que es la palabra “pueblo” para aprovechar su potente significante (su etiqueta) manipulando lo inasible de su significado. Hagamos el ejercicio: ¿Qué es el “pueblo”? ¿Solo los pobres son el “pueblo”? ¿La clases medias y altas no son el “pueblo”? ¿Solo los ciudadanos que ejercen su ciudadanía plena son el pueblo? Los niños, ancianos, presos, migrantes, la comunidad LGTB ¿son también el pueblo? ¿Es el mismo pueblo el de este año que el del año pasado? ¿Quién define la frontera entre el “pueblo” y el “no pueblo”? El presidente, a quien, por méritos propios y ajenos, la popularidad le sonríe coyunturalmente, debiera establecer la diferencia respecto de lo que supuestamente combate y no arrogarse con tanta ligereza la representación del “pueblo”, pues suena la alarma. Aquellos quienes, en el frente interno, también invocan el famoso “por y para el pueblo” o “a los enemigos del pueblo” (como en el congreso) prostituyen la ambigüedad de la palabra para intentar legitimar intereses oscuros, personales, consolidar privilegios o justificar discriminaciones. El “pueblo” no es la mayoría, es decir, no es la suma de las voluntades particulares, sino la voluntad general (Rosseau), que no es lo mismo. Hablar de “pueblo”, con responsabilidad, implica el ejercicio compartido y permanente de su interpretación y es que éste no es ni no es: deviene. ❧