"Nacería una coalición de gobiernos regionales del sur que buscarán incidir en la orientación de la política exterior de este gobierno". ,Acaso por los resultados del referéndum y por la necesaria y pública lucha contra la corrupción, ha pasado un poco desapercibido el “encuentro histórico” (La República: 08/12/18) de los gobernadores electos de Puno y Moquegua, Walter Aduviri y Zenón Cuevas, con el presidente boliviano Evo Morales en La Paz. Los temas conversados en dicha reunión, en mi opinión, son de vital importancia no solo para el futuro de esas regiones sino también para el país. Por primera vez, gobernadores regionales de manera autónoma y sin pedir permiso al poder central buscan enfrentar sus problemas apelando a una activa diplomacia regional de claro signo independiente. Uno de los temas en este “encuentro histórico” fue la posibilidad de que Bolivia exporte gas “al altiplano” y que instale servicios de telefonía e internet en el sur. La otra, que es igualmente importante, se la planteó el electo gobernador regional de Moquegua, Zenón Cueva, quien le recordó al presidente Evo Morales “que hay proyectos importantes de conjunto, como el gasoducto, el corredor ferroviario, la salida de la carga boliviana por el puerto de Ilo y la plataforma portuaria”. El propio Evo Morales ha manifestado su interés por estas propuestas. Es probable, como afirman diversas fuentes, que el recién electo y controversial (ha sido denunciado por violación sexual y acusado de ser antiminero) gobernador de Arequipa, Elmer Cáceres, se sume a este esfuerzo conjunto de Puno y Moquegua. No se descarta que suceda lo mismo con el también electo gobernador de Tacna, Juan Tonconi, con lo cual nacería una coalición de gobiernos regionales del sur que buscarán incidir en la orientación de la política exterior de este gobierno. De otro lado, es importante señalar que este encuentro entre gobernadores regionales del sur y Evo Morales se da en un contexto en el cual se está jugando el futuro de las corrientes progresistas de América Latina. Es decir, un contexto regional definido tanto por la cercanía estrecha y privilegiada de EE.UU. con algunos gobiernos ubicados a la derecha (Chile, Brasil, Colombia y Argentina) como por los intentos abiertos de terminar con las corrientes progresistas en América Latina. Dicho de otra manera, se trata de establecer una coalición de países y de fuerzas políticas que apunta a un realineamiento integral de la región con el gobierno de Trump como lo estaría demostrando, por ejemplo, la reciente propuesta peruana al llamado Grupo de Lima de romper colectivamente relaciones diplomáticas con Venezuela y de prohibir el ingreso a los países del bloque a todos los miembros de la cúpula del Gobierno de Nicolás Maduro (El Comercio: 07/12/18). Otra posible víctima de esta estrategia antiprogresista sería Bolivia. También es importante este encuentro porque nuestra política exterior requiere de ajustes y cambios tanto en los niveles bilaterales como multilaterales luego del triunfo en Brasil de Jair Bolsonaro. Uno de estos cambios es reconocer la necesidad de una nueva relación estable y sostenida en el tiempo con Bolivia luego del fallo de la Corte Internacional de La Haya que impida (o derrote), como he señalado en otra oportunidad, la propuesta del gobierno del presidente Piñera que pretende que el tren bioceánico, que une Brasil con el Pacífico, pase por Paraguay, Argentina y finalice en Chile. Esta propuesta aísla a Bolivia y afecta los intereses tanto de ese país como del nuestro puesto que dicho tren, como fue diseñado inicialmente, luego de pasar por el país altiplánico, termina en Ilo (Moquegua) lugar donde se planea construir una petroquímica y punto de llegada del gaseoducto del sur. El otro es la necesidad de una nueva política migratoria luego del retiro de Chile (al igual que Brasil y EE.UU.) del Pacto Mundial para la Migración de la ONU y que un sector de la oposición en ese país ha calificado de “autoritario”, “vergonzoso” y expresión de una “postura de extrema derecha” (La Tercera: 09/12/18). Hay que tener en cuenta que en Chile viven más de 200 mil compatriotas que decidieron emigrar a ese país y que la frontera con ese país la transitan anualmente cientos de miles de personas. Por eso es importante lo que sucede en el sur y los encuentros con Bolivia. El presidente Vizcarra ha sido gobernador de Moquegua. Conoce de cerca los problemas de estas regiones. Sabe, por lo tanto, qué hacer. Mientras tanto el sur se prepara.