Cada vez más políticos hablan de la idea del golpe de estado.,La confrontación política sigue escalando, poniendo al país cerca de una grave crisis de gobernabilidad donde la idea del golpe de estado se empieza a repetir con frecuencia peligrosa. El telón de fondo del conflicto no es un debate de ideas políticas sino la perspectiva judicial y hasta carcelaria de la dirigencia del fujiaprismo. Algunas noticias recientes explican la desesperación en el ámbito fujimorista: rotundo fracaso electoral; anulación del indulto de Alberto Fujimori; detención de Keiko Fujimori y de una veintena de dirigentes, además del allanamiento de sus viviendas en el marco de una investigación por lavado de dinero; o reapertura de casos como el de audios adulterados de José Chlimper. En el frente aprista, la situación de Alan García pende de un hilo hasta que se escuche lo que tiene que decir el ex viceministro de su gobierno Jorge Cuba sobre los sobornos de Odebrecht, y su destino sería el mismo. En ese contexto, es evidente que el fujiaprismo no tiene en este momento, políticamente hablando, nada que perder porque, sencillamente, ya lo perdió todo. La aprobación de la opinión pública Keiko Fujimori y de Alan García está por los suelos. Y su reputación en el sótano. Pero eso no implica que no tengan capacidad de respuesta política por el control que la alianza fujiaprista tiene en el congreso –fortalecida por el inicio de un esfuerzo de reconciliación de FP con los ‘avengers’ a propósito de la ‘ley Fujimori’– y en el ministerio público. Y como ya no tienen reputación por cuidar, sino una proyección judicial que defender, están dispuestos a todo con el fin de hacer control de daños en el desastre en el que ya están metidos. Entonces hacen lo que están haciendo en estos días. Dan una ley a la mala para excarcelar a Alberto Fujimori. Blindan a Pedro Chávarry al frente del ministerio público pues les sirve para defenderse y para atacar a quien quieran. Este fiscal, a su vez, procede a desmantelar las fiscalías como la de Domingo Pérez que investigan la corrupción fujiaprista. Y, peor aún, lanzan propuestas para mutilar o anular el referéndum convocado para el 8 de diciembre, y ya hablan de pedidos de interpelación y hasta de vacancia del presidente Martín Vizcarra, con el pretexto absurdo de que él ha puesto en marcha un golpe de estado. La vacancia la querrán lanzar por el caso Chinchero, poniendo al servicio del objetivo al fiscal Chávarry. En el Perú las cosas se van a poner peor antes de poder ponerse mejor, con un desenlace que es incierto.