Lamentablemente los distritos más poblados, no necesariamente los más pobres, son los que más problemas de morosidad tienen.,Para el desconfiado ciudadano peruano, la frontera entre no pagar tributos municipales, como protesta por la corrupción o por no recibir contraprestación alguna, y el descaro siempre es difusa. El punto es que, en muchos distritos, la mayoría no paga, pero exige y, en consecuencia, las comunas no pueden disponer de más recursos para ofrecer mejores servicios a los ciudadanos. Aritmética simple. Los arbitrios municipales permiten pagar los servicios de limpieza pública, mantenimiento de áreas verdes y serenazgo. Con el impuesto predial, calculado sobre la base del valor de nuestra vivienda, se pueden realizar las obras de infraestructura que tanto exigimos. Lamentablemente los distritos más poblados, no necesariamente los más pobres, son los que más problemas de morosidad tienen. En el pujante Villa El Salvador, por ejemplo, el incumplimiento alcanza el 75%. En el enorme San Juan de Lurigancho, supera el 60% y en otros populosos distritos como San Martín de Porres o Comas, las gestiones municipales se enfrentan a índices superiores al 40%. Hay personas que tienen décadas sin honrar sus obligaciones y los municipios no tienen la fuerza coercitiva para poder cobrar o son demasiado tolerantes. En la otra orilla, están los distritos de la Lima tradicional como La Molina, Miraflores, San Isidro, en los cuales la morosidad es menor al 10% y por eso los servicios al ciudadano son más notorios. La falta de cultura tributaria no pasa solo por el poder adquisitivo de la población, sino por una conciencia de responsabilidad y de confianza en sus autoridades. Sí, educación, otra vez. Mientras los ciudadanos podamos ver, de manera tangible, el retorno de nuestros pagos, la cosa podría ir mejor. En este esquema perverso, las amnistías tributarias son el peor enemigo de la recaudación y la eficiencia. Un efecto positivo de haber prohibido la reelección de alcaldes es que ahora esta medida populista ya no puede ser utilizada para ganar más votos a costa del clientelismo.