Psicoanalista Saúl Peña conversa con La República sobre la coyuntura nacional.,El psicoanalista Saúl Peña recibió a La República para conversar sobre la actualidad nacional, en una coyuntura en la que el Gobierno intenta impulsar un referéndum (como respuesta a la crisis desatada por la catarata de audios) y un Congreso dominado por el fujimorismo y que, al parecer, no ha acusado recibo de la urgencia de la situación. ¿Qué impresión tiene de la crisis política y judicial generada por los audios difundidos en los medios? Tengo la impresión de que el poder que tienen los políticos, los miembros del Poder Judicial, los estimula para no solo cumplir con las labores que deberían, sino que los influencia para incrementar sus propios beneficios. Esto no es generalizado, claro. Existe gente decente, que no se deja influir. Es difícil pero no imposible. PUEDES VER Gino Costa sostiene que “Ley Mordaza” solo busca “golpear a los medios” Hay excepciones. No solo son excepciones. Son realidades. Puedo estar equivocado, siempre es una posibilidad. Potencialmente nos inclinamos, muchas veces, hacia la verdad, la autenticidad y la realidad y otras veces se hace una serie de cosas porque, se piensa, no van a ser descubiertas. Son cosas que favorecen los intereses anómalos de muchas personas dentro de instituciones poderosas. ¿Le sorprendió el contenido de los audios? No, no es sorpresa para mí. Freud dice algo muy interesante: nosotros somos polimorfos perversos, potencialmente. Es decir, no estamos inevitablemente orientados al mal o a la mentira o al beneficio, pero hay potencialidad de hacerlo de acuerdo a la personalidad, a las experiencias tempranas. Freud decía, también, que tenemos un instinto de vida y de muerte. De un lado, el amor, la creatividad, la ética. Del otro, la destructividad, el odio, la falsedad, el no tener ni siquiera arrepentimiento ni remordimiento. Lo que hemos visto es que algunas personas que tienen que ver con la justicia, con la ley, están involucrados (en los audios). Algo terrible. Claro que es terrible. Es una situación muy seria, penosa, lamentable y, a veces, hasta repugnante. ¿Le ha parecido adecuada la reacción del presidente Martín Vizcarra? (Vizcarra) me da la impresión, tiene un potencial de buena intención. Apareció con ciertos méritos en sus puestos previos, pero mucha gente ni lo conocía, y ahora es presidente del país. Pero yo sí creo que demuestra ciertas intenciones favorables. No se puede continuar, pues, siendo dominado por un grupo, por uno de los poderes que hace lo que le da la gana, ¿no? Por eso está poniendo ciertas pautas. Y está impulsando un referéndum que tiene respaldo. Está recurriendo al pueblo, a la opinión general. Y eso es bien importante. Es un llamado a conocer lo que pensamos todos nosotros. Yo participo de esa idea, porque se va a poder ver lo que el pueblo piensa. Eso no significa que el resultado sea ideal, desde luego, pero es positivo. ¿Tiene fe en su Gobierno? No una fe absoluta, porque siempre hay que mantener un espacio. Espero y deseo que le vaya bien, sin lugar a dudas. Y de repente es posible. No es alguien que esté dando muestras de ser un sinvergüenza, un psicópata, un ladrón, alguien que quiere imponerse él mismo. Es cuidadoso. Veamos ahora a Keiko Fujimori. Vio su mensaje de esta semana y su posición opuesta al referéndum. ¿Qué le sugiere? ¿Qué teme? Que en las encuestas ha disminuido. Por cierto, acá yo estoy influido, porque no estoy a favor de gobiernos autoritarios, dictatoriales, fascistas o de pérdida de la libertad, al contrario. Por eso, no puedo coincidir con una actitud que va en contra de lo que yo considero que es más conveniente, para mí y la mayoría de los peruanos. Acá hay una serie de fenómenos muy interesantes. Ella es hija de alguien que hizo una serie de cosas, pero inteligente. Sin embargo, Keiko Fujimori es una persona con algo que se percibe muy claramente: una ambición exacerbadísima. Tiene un impulso a querer ser presidenta del Perú… Como sea. Así es. Posiblemente, ha aprendido mucho, pero tampoco es una persona que tiene los méritos suficientes. Ella tiene sus recursos y, al mismo tiempo, comete errores tremendos que van en contra de ella misma. No la veo con el engranaje que debería tener una persona que aspira a un puesto del nivel de un presidente de la República. ¿Qué errores? Pone por encima su ambición y su partidarismo. Piensa y dice lo que es conveniente para ella. En cierta forma, creo que ella se sobreestima, aunque no todos la ven así porque, usted ha visto, el mismo padre no se inclinó plenamente por ella, sino que se inclinó más por el hermano, y eso no es por gusto. Keiko siempre tiene la misma actitud y no hay un poquito de comprensión, de amplitud, de reconocimiento a la otredad. No, el otro tiene que ser secundario a ella. ¿Hay reflejos autoritarios en ella? Da esa impresión. Tiene manifestaciones de esa naturaleza, creo. No quiere decir que todo sea malo en ella. El Congreso es el que tendrá la responsabilidad primera de que el referéndum se realice en diciembre. Algunas señales no son positivas, sin embargo. ¿Qué piensa de los legisladores? Hay de todo tipo y color, pero he escuchado a gente de buen nivel decir que este es el peor Congreso que ha existido en el Perú. Yo no he hecho estudios para comprobarlo, aunque hay ciertos personajes que no parece que fueran personas, sino que ladran nomás. Claro, un perrito que ladra sí es agradable, ¿no? ¿Cuáles serán las consecuencias de esta crisis sobre el país? En la vida hay sufrimiento de diferentes naturalezas. Hay un sufrimiento negado, otro que es un sufrimiento trágico y fuera de la realidad. Pero también uno que te hace aprender. Hay dificultades y el sufrimiento es inevitable, pero hay que saber sufrir para saber vivir y sacar enseñanzas.