Ricardo Belmont quiere ganar la elección con bajezas.,Es una lástima que el puntapié inicial de la campaña edil en Lima lo haya dado Ricardo Belmont con un discurso oportunista y deplorable basado en un discurso xenofóbico y mentiroso contra los venezolanos que, escapando del desastre chavista, llegan al Perú. Desde el segundo puesto, detrás de Renzo Reggiardo, Belmont quiere pasar a la punta, un objetivo razonable salvo porque quiera hacerlo aprovechando la preocupación ciudadana por la migración venezolana. “Estos venezolanos han venido a quitarles el trabajo a los peruanos. Más de un millón de venezolanos vendrán de aquí a fin de año con todos los beneficios que un peruano tiene. Este operativo planeado tiene un objetivo: darles el voto a los venezolanos en estas elecciones (…) llegan los extranjeros y se apoderan del poder político, porque ya tienen el derecho al voto, esto es una conspiración contra la democracia en el Perú”, dijo. Belmont es un mentiroso porque no es verdad lo del millón de venezolanos, ni que vayan a votar en estas elecciones, ni que sea el plan de un partido político, sino que es consecuencia de una situación desesperada que empuja a muchos ciudadanos a salir de su país con el fin de encontrar un lugar para vivir con alguna esperanza para ellos y sus familias. Por ello, además, Belmont es un xenófobo porque acusa a un grupo de extranjeros de conductas indebidas: venir a sabotear una elección y quitarles trabajo a los peruanos. Y Belmont es, también, un miserable porque utiliza el éxodo venezolano de las miserias producidas por el gobierno autocrático y corrupto presidido por Nicolás Maduro con el fin de mejorar su posición en la competencia electoral, aprovechando los mitos difundidos entre la población. Belmont está utilizando estas bajezas para trepar en la campaña, una iniciativa que se debe contrarrestar por muchos motivos pero, principalmente, por un fundamento humanitario con personas que hoy requieren de solidaridad. Mal bicho es alguien que de candidato usa esas bajezas para trepar, porque como autoridad será, sin duda, alguien que se comportará peor. ¿Qué decir de todos los peruanos que huyeron del país a otras naciones buscando una vida que aquí no tenían? Y el gobierno peruano, en vez de poner trabas, debe establecer sistemas de migración ordenada pero humanitaria. Exigir, en ese sentido, un pasaporte a quienes hoy no pueden conseguirlo va en el sentido contrario de la solidaridad.