Las publicaciones también sirven para romper con el temor y el silencio que pretenden imponer algunas autoridades.,El atentado y posterior muerte del reportero Dan Bolles del periódico The Arizona Republic, el 13 de junio de 1976, produjo el primer trabajo colaborativo entre reporteros de investigación de diferentes medios para identificar y llevar a prisión a los criminales. El Proyecto Arizona, en el que participaron 38 periodistas de 28 diarios y canales de televisión, algunos con autorización de sus empleadores y otros por su propia cuenta, produjo más de 40 artículos que contribuyeron con las autoridades a detener y condenar a los autores intelectuales y materiales del crimen, que formaban parte de una poderosa mafia local a la que Bolles le seguía el rastro porque había descubierto que corrompía a funcionarios públicos. Cuando la Unidad de Investigación de La República tuvo acceso a más de 60 mil audios de las escuchas que ordenó la Fiscalía de Crimen Organizado del Callao, como parte de los casos denominados “Los Castañuelas del Rich Port” y “Los Cuellos Blancos del Puerto”, se inspiró en el histórico Proyecto Arizona para formar una alianza con los medios digitales Convoca, Ojo Público y Wayka, y compartió las grabaciones para desplegar una investigación colaborativa con la finalidad de revelar los episodios de corrupción y señalar a los principales actores que se ocultan en los miles de diálogos dispersos. El enorme esfuerzo por reconstruir los hechos, identificar a los implicados, contextualizar las negociaciones, interpretar las conversaciones, verificar las consecuencias de los diálogos y la contrastación de los datos con los implicados que han efectuado los reporteros que se han organizado como una Plataforma de Investigación Periodística -y que reúne a Convoca, La República, Ojo Público y Wayka-, ha resultado en destapes periodísticos de enorme utilidad no solo para la lucha contra la corrupción. Las publicaciones también sirven para romper con el temor y el silencio que pretenden imponer algunas autoridades cuya tarea es precisamente enfrentar el crimen organizado. Sectores políticos cuyos líderes, o personas protegidas por estos, que han sido expuestas por la divulgación de los audios, alegan que los reporteros dedicados al caso son guiados o estimulados o instigados por intereses ideológicos u odios subalternos, y que ocultan información según su conveniencia. A ellos les decimos que no nos van a distraer ese tipo de insinuaciones impropias y les sugerimos que pongan atención a las próximos destapes de la Plataforma de Investigación Periodística porque en este mismo momento los estamos desgrabando.