El antifujimorismo está creciendo, y eso es lo que quieren decir las encuestas, y debemos suponer que también este sector se va a organizar por el camino. La primera fase de prepotencia puede llegar a alcanzar un punto de no retorno en el disgusto del electorado.,Keiko Fujimori ya ha entrado de lleno en una nueva etapa, definible como una de pérdida de la popularidad suficiente como para ganar una elección en segunda vuelta. Si bien falta mucho para el 2021, no está claro cómo podría ella recuperar un apoyo que se basaba en la identificación con el padre y la oferta de un nuevo tipo de conducta fujimorista en la política. Desde julio del 2016 ha venido actuando como si no hubiera nueva elección en el horizonte. Ha confiado en una enorme fuerza parlamentaria producida por la cifra repartidora, en su alta votación en dos elecciones presidenciales, y en la poca muñeca política de sus rivales del Ejecutivo. Un verdadero paseo político con algunos tropezones. Probablemente hoy no existe argumentación capaz de convencer a la candidata de que sus posibilidades para el 2021 se han reducido de forma considerable, y de que eso se ha producido debido a su actuación política misma. Pero ganarle a PPK y luego al hermano Kenji, más todas las victorias menores por el camino, no le ha ganado puntos, al contrario. Algunos factores de lo que llamamos la nueva etapa son: el retorno de la imagen antidemocrática y fulera del fujimorismo de los años 90, la proliferación de escándalos en sus filas, la ausencia de más propuesta partidaria que el ejercicio del poder disponible. Podemos sumarle a estos factores el desgaste natural que causa todo ejercicio del poder. Quizás Keiko Fujimori está considerando un futuro en dos fases. Una de prepotente eliminación, incluso anticonstitucional, de lo que percibe como obstáculo para ganar en el 2021 (por ejemplo eliminar la segunda vuelta). Luego una de concesiones a los reclamos de la población, y sobre todo a los antifujimoristas tibios del electorado. El problema con lo anterior es que el antifujimorismo está creciendo, y eso es lo que quieren decir las encuestas, y debemos suponer que también este sector se va a organizar por el camino. La primera fase de prepotencia puede llegar a alcanzar un punto de no retorno en el disgusto del electorado. Se ha visto casos parecidos. Sin embargo la candidata sigue ofreciéndole una victoria a sus seguidores. ¿Pero quién querría uncir su destino político a semejante carreta?