Ya va siendo el momento de repensar el papel del MEF. ,Del antiguo esplendor solo queda una flor, decía un comercial de cera de piso pre televisión en color, y que hoy podría aplicarse a un MEF cuyo peso institucional sigue en declive, como se volvió a evidenciar con el desmentido público que el presidente y el premier le hicieron al ministro David Tuesta. El motivo fue el planteamiento de Tuesta, en el contexto de apremio fiscal, de modificar el impuesto a la renta (IR) para que tributen personas que ganen S/2,075 al mes con el argumento de que “todos deben mojarse”. Pero no todos están de acuerdo con esta ampliación de la ducha tributaria, como los dos jefes de Tuesta. El premier César Villanueva señaló que “no estaba ni está en el radar del gobierno el tema del IR”, y el presidente Martín Vizcarra señaló anteayer en Huancavelica que “de ninguna manera para hacer crecer la economía vamos a poner impuestos a las personas que menos tienen”. Es, sin duda, una enmendada de plana con la fuerza de una ducha española para un ministro como Tuesta que ya había señalado que no estaba muy dispuesto a transar en sus planes. “Espero que sigamos así, pero, evidentemente, uno sabe que el cargo de ministro tiene que tener una renuncia permanente. En el momento que diverjan esas percepciones, dejaré el puesto para que otro, rápidamente venga”, dijo Tuesta hace un mes, y la semana pasada comentó que “no tengo interés en contentar a nadie, lo siento, mi objetivo no está en durar tres años y cuatro meses”. La propuesta de Tuesta sobre el IR fue criticada por muchos, desde congresistas como Javier Velásquez Quesquén y Víctor Andrés García Belaunde, buena parte de la academia, y el ex jefe de la Sunat Sandro Fuentes. Lo ocurrido revela, primero, escasa capacidad de coordinación en un gobierno que ayer cumplió dos meses. Segundo, poca caña política de Tuesta para lanzarse con anuncios políticamente sensibles como el del IR sin antes haber persuadido en el frente interno y privado a sus dos jefes. Ojalá se solucione pronto este teléfono malogrado pues Tuesta es un ministro capaz, bien intencionado y con potencial, pero, más allá de eso, ya va siendo hora de repensar el MEF para que deje de ser una institución muy arrogante que se siente un poder aparte del Estado, y que podría dividirse en dos ministerios, el de Hacienda y el de Economía, para que la frecuente vocación de cajero no impida tener una visión que apueste por el futuro en vez de solo por la quincena que, desde hace tiempo, prevalece en el sector público peruano.