En cierto modo podría arriesgarse la idea de que el electorado quiere que las elecciones del 2016 hubieran tenido otro resultado, sin Keiko Fujimori y sin PPK.,Las encuestas continúan mostrando los reveses de fortuna en cuestiones de aprobación a políticos este año. El cambio más importante acaso está en la caída de Keiko Fujimori. No es tanto porque ya le sea imposible recuperar su habitual primer lugar, sino porque la menor aprobación es lo que va a mantener consensual a Fuerza Popular, hasta un punto. El otro cambio de fortuna es el de los candidatos que no llegaron a la meta en el 2016, y ahora lideran la aprobación por un buen margen. En GfK ahora son Julio Guzmán y Alfredo Barnechea. En otras encuestas y momentos fue Verónika Mendoza quien ocupó el segundo lugar. Todos estos son comentarios del público al poder establecido en la política. Vistos en perspectiva los sondeos muy madrugadores tienden a ser volátiles, esos sí verdaderas instantáneas. Pero igual buenas cifras tempranas mantienen alta la moral del candidato y de sus seguidores, ayudan a obtener espacio en los medios, e incluso atraen seguidores, algunos de los cuales se quedarán allí hasta el final. Hay una cierta lógica en todo esto. Los que ahora están en la primera fila han estado todos más o menos cerca de una posibilidad de triunfo. Mientras que los últimos del 2016 tienen crecimientos porcentualmente grandes de marzo a abril (esto parte de un efecto Vizcarra que empuja todo hacia arriba), pero cifras absolutas que los mantienen a la cola. En otras palabras, el electorado quiere alternativas que considera viables. No quiere sorpresas, y probablemente aun menos sorpresas dramáticas, como outsiders, antisistemas o cosas parecidas. En cierto modo podría arriesgarse la idea de que el electorado quiere que las elecciones del 2016 hubieran tenido otro resultado, sin Keiko Fujimori y sin PPK. Refuerza esta hipótesis de 2016 o nada el que las encuestadoras no sientan la necesidad de incluir a políticos de otros escenarios y tiempos en su consulta, como Ollanta Humala, Nadine Heredia, o incluso Alejandro Toledo. Aunque el caso es diferente, la presencia de Pedro Pablo Kuczynski en la lista hubiera sido interesante. De modo que si hacemos el corte en el 2016, ninguna figura nueva con algún arrastre ha aparecido en las pantallas de las encuestadoras. Como si esa elección aún no hubiera terminado. ¿Por qué?