Pocos los recordarán, sin duda, pues las redes sociales prefieren las informaciones nada alentadoras, pero ambos valen mucho para generaciones de peruanos amantes de la lectura.,Un 12 de abril nace Luis Felipe Angell, más conocido como Sofocleto, en 1926. Y también un 12 de abril muere el poeta Juan Gonzalo Rose, esta vez en 1983 ¿Qué tenían ambos en común? El manejo de la palabra, uno para el humor, el otro para la belleza. Uno para hacer de la ironía un estilo, el otro para cantarle al amor, a la ternura, a la rebeldía. Pocos los recordarán, sin duda, pues las redes sociales y los diarios hoy prefieren llevarnos por noticias nada alentadoras. Pero ambos valen mucho para generaciones de peruanos amantes de la lectura. Sofocleto, el creador de los sinlogismos, marcó el periodismo para siempre. Aquí, algunos ejemplos de esas frases surgidas de la irreverencia y la frescura: Para los verdugos, el trabajo es la muerte. El amor llega como champán y se va como vino. El comunismo y las mujeres dicen que todos los hombres son iguales. La calumnia es una verdad dicha por nuestros enemigos. El verdadero primer amor es el último. En los manicomios el cliente nunca tiene razón. La mujer espera un niño cuando el hombre menos lo espera. Nada más triste que ser pequeño sin ser enano. ¿De qué se reirán los esqueletos? Los ociosos no tienen tiempo para nada. Las mujeres son de dos clases: las que nos hacen caso, y las que nos gustan. Amo, luego insisto. Juan Gonzalo consiguió con poemas como Marisel (Yo recuerdo que tú eras como el agua que beben silenciosos los ciegos, o como la saliva de las aves cuando el amor las tumba de gozo en los aleros); Carta a María Teresa (También mi infancia la atravesaba un río y tenía una hora misteriosa en la cual las palomas a mi alma obedecían); Las cartas secuestradas (Que me escriba una carta la que me hizo los ojos negros y la letra gótica, que me escriba una carta aquella amiga analfabeta de pasión cristiana); Gastronomía (Para comerse un hombre en el Perú hay que sacarle antes las espinas, las vísceras heridas, los residuos de llanto y de tabaco) siempre estará en las antologías y en las predilecciones personales. Dos grandes de las letras en el Perú. Dos que siempre debemos tener presente.