La Comisión Lava Jato no sólo viene siendo un circo, sino que hasta resulta engañosa. Es una comisión que, para empezar, representa el derroche total del dinero que todos los peruanos pagamos en impuestos. Está de adorno. Además, la integran personas que hablan de “investigar”, cuando eso es lo último que hacen. Su única labor es encubrir, mentir e insultar nuestra inteligencia. Tan sólo miremos el paso de Alan García por esta comisión. Más que paso, diría paseo. ¿En algún momento se interrumpió al ex presidente para pedirle claridad sobre casos como el de Miguel Atala? Recordemos que Atala fue un ex funcionario nombrado por Alan García que intentó ocultar 10 millones de dólares en Andorra. Los documentos y pruebas de este caso fueron publicados por el diario español El País y la noticia causó revuelo, mas no para los representantes del fujimorismo que tuvieron al mismo García en sus narices y prefirieron ahorrarse la fatiga. También está nuestra falsa Comisión de Ética. Primero porque si esa comisión fuera de “ética”, tendríamos que redefinir todo el término en el diccionario. La Comisión de “Ética” cree que no pasa nada si Luz Salgado amenaza a un fiscal y le dice: “No sabes con quién te estás metiendo”. Ese es el estándar, así se maneja esta gente: interfiriendo allanamientos, intimidando fiscales. Un verdadero asco, aunque nada sorprendente viniendo de alguien que visitaba con frecuencia la salita del SIN de Vladimiro Montesinos. A todo esto se suman los tontos útiles del fujimorismo, en especial, para las votaciones. No sé cómo no se le cae la cara de vergüenza a Mauricio Mulder, al ver en lo que se ha convertido su carrera política: sólo es útil en la medida en la que representa un voto más para los naranjas. Y qué decir de Jorge Castro, miembro del Frente Amplio, quien se abstenía de votar por la renuncia de Rosa Bartra a la Comisión Lava Jato mientras Marco Arana lo observaba desde un rincón. Pero qué decir de Rosa Bartra, quien dice investigar en el Congreso a aquellos que luego va a proteger en los locales de Fuerza Popular. Miente cuando dice –al igual que Chlimper– que fue al local, se “topó” con el allanamiento, y se retiró “inmediatamente”. Miente y miente mal porque numerosos videos muestran cómo entra al local y se queda grabando. Nunca aceptará que la entreviste, pero qué más da. Me imagino que querrá seguir mintiendo en otros espacios. Quienes sí parecen estar intentando trabajar son los fiscales, aunque quizá sería bueno recordar que, sólo en el caso del fujimorismo, hay más de un tema por investigar. Fuera de la documentación que se pueda tener acerca de aportes de campaña no declarados y aportantes “fantasma”, también están pendientes temas más graves como la investigación por lavado de activos contra Keiko Fujimori y su esposo, que debería seguir su curso. Apuntemos a eso y esperemos atentos. Quizás es la justicia que tarda pero llega.