Cuando empiezan a saltar las chispas en la política se pone en evidencia lo que es realmente la bancada de Fuerza Popular: un pequeño grupo de allegados a la cúpula y una amplia comparsa que funciona como segundilla, con esporádicos encargos y apariciones, a menudo poco felices. Es cierto que no todos pueden ser estrellas, pero es notorio que muchos viven en permanente eclipse. Es sabido que más o menos 85% de los congresistas de FP son invitados, no militantes. El porcentaje es parecido en el resto de las agrupaciones. En el Frente Amplio esto alentó la división de la bancada, y en Peruanos por el Kambio el cisma no se ha producido porque dios es grande. Por algún motivo, una vez dentro del Congreso los invitados empiezan a incomodar. En el caso de FP a partir de un momento empezaron a ser vistos como una bomba de tiempo. Por eso la infausta ley sobre transfuguismo, que es el origen de la mala sangre con el Tribunal Constitucional. Luego está el constante temor de que una parte de ellos se vaya con Kenji Fujimori, si acaso este llegara a darle cuerpo a sus esperanzas, e insuflarle punche a algunos de sus correligionarios. Sin duda una parte de los invitados se ha asimilado al estilo de la casa, pero otros están levitando bajo un membrete. En muchos casos es obvio que en el 2021 termina su contrato con FP. Los que tenían una carrera política previa ya habrán descubierto que se la han entregado a un silencioso desgaste terminal, con pocas posibilidades de rectificar la cosa. Dieciséis de 35 parlamentarios de FP fueron retirados de la lista para las elecciones del 2016, algunos de ellos incluso connotados militantes. Como al partido le fue bien con el cambio, es casi seguro que en la recta del 2021 se repetirá la poda. Hacer bulto no garantiza la lealtad del partido, y tampoco la reelección. También la reacción devora a sus propios hijos. Quizás los que tienen una buena base de seguidores en su terruño, o recursos abundantes, logren migrar a otra agrupación, una práctica socorrida (no hay regla contra el transfuguismo fuera del Congreso).