La hora de las matemáticas: este martes ante Colombia.,Buenos Aires. Tras un empate angustioso e inmerecido con Argentina, anteanoche en La Bombonera de Boca Juniors, Perú llega a la última fecha de la fase clasificatoria para Rusia 2018 con posibilidades de llegar al mundial de fútbol después de treintaiséis años. Es una situación novedosa para un fútbol peruano tras tres décadas de frustraciones en las que nunca se llegó a la última fecha aún con posibilidad de clasificar. Es por eso, seguramente, que en el Perú no le llamamos a este campeonato las ‘clasificatorias’ sino las ‘eliminatorias’ para el mundial. El miércoles en el aeropuerto Jorge Chávez de Lima, antes de partir para Buenos Aires, mi amigo Gianfranco Castagnola les comentaba a algunos de nuestros hijos –quienes nunca han visto al Perú en un mundial, a diferencia de nosotros que lo hemos visto en tres veces– que, para los de casi sesenta años, el mundial era, en realidad, la fase de clasificación –o de eliminación, como quieran llamarle–, pues la posibilidad de llegar al mundial ya estaba casi desterrada. Hoy no es así, pues este martes en el Estadio Nacional, el equipo peruano –en un contexto insólito junto con otros seis países: Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay y Uruguay– se juega la posibilidad –aún muy complicada– de llegar a un mundial. Brasil ya clasificó, y Venezuela y Bolivia ya fueron eliminados. Todo puede pasar, que clasifiquemos o que nos eliminen, pero, al margen del resultado, se debe seguir apostando por un plan de la Federación Peruana de Fútbol cuyo horizonte es mayor al de esta clasificación para Rusia, con Edwin Oviedo, Ricardo Gareca y Juan Carlos Oblitas al frente del esfuerzo. Pero ojalá que el martes en la noche en el Nacional se vea la fiesta que no se ve en el Perú desde que se clasificó para el mundial de España, un domingo por la tarde ante Uruguay, con el gran capitán Héctor Chumpitaz cargado en hombros con la bandera peruana en sus hombros. Con esa ilusión y esperanza con la que unos 2,500 peruanos no pararon de alentar al equipo peruano en La Bombonera en un partido complicadísimo. Ayer, tomando desayuno con ‘Cachito’ Ramírez en esta ciudad, y quien anteanoche estaba en el estadio en otra tribuna, me dijo, “carajo, qué bien se escuchó el aliento peruano en el estadio, callando a la barra argentina en muchos momentos”. Que el mismo entusiasmo se viva el martes en el Nacional ante Colombia. El país lo necesita. ¡Arriba Perú!