Plan para que a Keiko no le moleste el indulto a su padre.,Mientras el presidente Pedro Pablo Kuczynski proyecta señales cada vez más evidentes de su decisión de indultar a Alberto Fujimori, también va asomando la estrategia para que el otorgamiento de esta gracia presidencial no le implique un daño político mayor. Ese control de daños se orienta a prevenir las reacciones negativas al indulto por parte de Fuerza Popular, y no las del segmento que se opone al indulto salvo que se cumplan los motivos establecidos en las normas. El costo del distanciamiento con los sectores que ayudaron a PPK a derrotar a Keiko Fujimori ya habría sido internalizado. Hechas las sumas y las restas, PPK da la impresión de estar convencido de que el indulto a Alberto Fujimori lo beneficiará políticamente. Un problema previsible es el que se planteó hace dos semanas en esta columna: “¿Para qué el presidente Pedro Pablo Kuczynski va a indultar al ex presidente Alberto Fujimori si el único que parece que va a quedar agradecido y feliz es su hijo el congresista Kenji Fujimori, quien, más allá de las simpatías de unos veinte colegas, es un llanero solitario que al final solo tiene un voto; y que, en cambio, puede producir la ira terrible de Keiko Fujimori, la presidenta de Fuerza Popular que controla 70 votos con la excepción del de su hermano?”. En su condición de hija, debe ser indudable que Keiko Fujimori desea lo mejor para su padre, pero, como lo indican en su propia familia –desde su hermano Kenji hasta su tío Santiago–, en su condición de política es consciente de que la libertad de su padre significaría una seria amenaza a su liderazgo en el partido. Sin embargo, la amenaza interna que le implica a Keiko la presión de Kenji hace difícil oponerse al indulto a su padre, lo cual pone a PPK en la necesidad de pensar en una forma de indulto que no irrite a Keiko. La ‘solución’, sin embargo, ya parece estar clara, y PPK no se cansa de preparar el terreno, como hace poco en Arequipa: “Ese indulto es algo humanitario, no es un perdón”. Esto significa que le estaría dando libertad a alguien que está muy enfermo, y como los enfermos no salen a hacer política activa, si lo hace se demostraría la ilegitimidad de la gracia otorgada, tal como ocurrió cuando Alan García indultó a José Enrique Crousillat, y luego lo anuló. En ese sentido, como planteó la keikista Úrsula Letona hace un tiempo, lo que correspondería cuando Alberto Fujimori deje la Diroes tras el indulto es ir a cuidar a sus nietas, las hijas de Keiko. Y nada más que eso.