Los nuevos aires del gobierno de PPK con el gabinete Aráoz.,El carácter del gabinete Aráoz se perfilará en los días siguientes con sus primeras acciones y posiciones, pero algo ya se puede especular. Mercedes Aráoz cambiará el tono de la PCM de Fernando Zavala. Conoce el sector público, es capaz, honesta, le gusta la política y tiene ambición, algo útil en estos puestos. Aunque los cargos a veces hacen a las personas, su temperamento y trayectoria invitan a especular que, con ella, el gabinete ganará en presencia política y capacidad y oportunidad de reacción, si bien puede perder en prudencia. Es una de las integrantes del gobierno que más roncha saca a FP, algo que, si lo sabe administrar, viene bien en esta temporada. A su vez, mientras no hable del indulto a Alberto Fujimori, sobre lo que ha metido la pata varias veces, Carlos Bruce será valioso para el gobierno porque le aportará lo que le falta en capacidad de operación política. Claudia Cooper en el MEF continuará los cambios introducidos por Zavala para apuntalar la recuperación, con un perfil bajo que se corresponde con un gobierno que no quiere exponer la economía a la presión política. Fernando D’Alessio en Salud tendrá la oportunidad de replicar el muy buen trabajo que ha hecho en el exitoso Centrum de la PUCP. El problema empieza en Justicia, donde se deberá seguir con atención a Enrique Mendoza por su vinculación con Alan García y porque, si se quiere hacer cambios ahí, como repite PPK, es ilógico nombrar a quien como presidente del PJ no hizo nada por cambiar el sistema, y que, como jefe de la OCMA atemorizaba a jueces con procedimientos disciplinarios que no concluían en nada y que solo respondían a una estrategia de vitrina: pensando en el rebote en los medios. Pero el problema principal está en Educación, que puede ser el escenario más dramático de las contradicciones del gobierno de PPK. Pues resulta sorprendente que, después de haber hecho cuestión de confianza por la censura a dos ministros que manejaban la reforma del sector, se acabe nombrando ahí a uno de sus principales opositores. Idel Vexler puede significar el fin de esa reforma si se revisan sus declaraciones recientes: pedir el retiro de las palabras ‘identidad de género’ del currículo; oponerse a la evaluación a los maestros; avalar el intento aprista de volarse la reforma universitaria. Que el gobierno de PPK deje caer al gabinete Zavala para, supuestamente, defender la reforma educativa, pero designe ahí a quien quiere deshacerla, parece increíble. Pero, lamentablemente, ya no imposible.