Es razonable la queja del general (r) Antonio Ketín Vidal por haber sido excluido de la ley que nombra héroes de la democracia, y de la condecoración del Congreso a los participantes en la captura de Abimael Guzmán el próximo martes. Dirigió la Dincote que capturó al cabecilla senderista, y él mismo condujo el arresto. El argumento para la exclusión de Vidal es formal: solo se condecora a los miembros del GEIN, subsidiario de la Dincote. Pero aun así, la decisión del Congreso transpira mezquindad, y evoca 25 años de disputas en torno al tema, que empezaron el día mismo de la captura. Disputas esencialmente políticas. El fujimorismo nunca perdonará a Vidal haber privado a Alberto Fujimori de la gloria del primer momento de la captura, y haber concentrado los reflectores sobre el dedicado trabajo de una institución policial. En la política de los méritos que a partir de allí rodeó al caso, ese fue un gesto decisivo. Aunque Vidal siempre ha insistido en que el éxito fue resultado de un trabajo en equipo, varios de sus integrantes luego inevitablemente también pasaron a ser figuras en la saga. Algunos incluso cargaron las tintas de sus actuaciones personales, porque así lo recordaban, o con miras a una carrera política. El resultado es que tenemos versiones con variantes sobre el acontecimiento, ninguna sustantiva. Luego hay versiones con un pie en la leyenda urbana. Una sugerente es que Vladimiro Montesinos sabía que la captura se venía, y la demoró hasta después del golpe de 1992. Otra que todo fue una operación diseñada y monitoreada por la CIA. Sin duda es un tema para los historiadores. Pero mientras esa verdad asentada en datos se establece, la política ha aprovechado para promover sus propias versiones. Como esta última que excluye a Vidal. Mientras que el gran público parece fijado más en la gran imagen del triunfo policial que en los pormenores personales. Los policías premiados ciertamente lo merecen. Pero el Congreso les ha hecho un flaco favor al incorporarlos involuntariamente en un acto de mezquindad digitado por la política. En verdad en dos actos: su premiación acaba de ser utilizada para retirar el nombre de Gustavo Mohme Llona que llevaba la sala de conferencias del Congreso. En verdad en dos actos: su premiación acaba de ser utilizada para retirar el nombre de Gustavo Mohme Llona que llevaba la sala de conferencias del Congreso.