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Opinión

Periodismo sin cálculo político, por Clara Elvira Ospina

“El buen periodismo debe ceñirse a los hechos sin hacer cálculos políticos. Los cálculos son para los políticos, los militantes y los activistas”.

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“El buen periodismo debe ceñirse a los hechos sin hacer cálculos políticos. Los cálculos son para los políticos, los militantes y los activistas”.

He decidido escribir estas líneas acerca del reportaje publicado en Cuarto Poder de América TV el 15 de mayo de 2016 que contenía las declaraciones del colaborador de la DEA Jesús Vásquez en relación con el secretario general de Fuerza Popular, Joaquín Ramírez, para recordar algunas cosas que parecen haberse olvidado.

El reportaje fue elaborado por el jefe de la Unidad de Investigación de América Televisión, Carlos Castro, en una alianza que hicimos con Univisión Investiga, la Unidad de Investigación de Univisión, dirigida por el veterano periodista Gerardo Reyes. Los equipos periodísticos trabajaron juntos de manera complementaria por razones de fuentes y facilidades geográficas: Reyes ha cubierto temas de crimen organizado y corrupción durante más de 40 años, es reconocido por su talento y profesionalismo en el periodismo de investigación y es ganador de un premio Pulitzer por una investigación sobre corrupción electoral.

Era Reyes quien tenía acceso a los organismos estadounidenses y la experiencia para investigar en Estados Unidos. Castro tenía las fuentes y las posibilidades de corroboración en Perú. Aunque las alianzas periodísticas no son frecuentes en Perú, son usuales en otros países y requieren cumplir estándares de rigurosidad y ética en el trabajo.

El reportaje se tituló “Un excongresista en la mira de la DEA” porque esa era la noticia.

Jesús Vásquez, integrante de la DEA, quien aseguró tener audios que involucraban a Keiko Fujimori con Joaquín Ramírez en un presunto caso de lavado de activos. Foto: difusión

Cuando el equipo periodístico tuvo contacto con Jesús Vásquez se hizo un proceso de VERIFICACIÓN de sus versiones. En primer lugar, Vásquez aportó datos reservados acerca de los agentes de la DEA con quienes coordinaba la entrega de información. Las fuentes de Reyes en la DEA confirmaron la existencia de esos agentes en la agencia antidrogas y su participación en ese tipo de acciones encubiertas.

Vásquez también aportó información sobre propiedades de Joaquín Ramírez en Miami que fue corroborada con los registros inmobiliarios en Florida. Como se vio en el reportaje, Vásquez tenía fotografías en compañía de Ramírez en Miami.

En el proceso de corroboración, Gerardo Reyes confirmó con un agente activo de la DEA que existía una investigación sobre la grabación que mencionaba Vásquez. Adicionalmente, Reyes envió a la DEA un mail con una solicitud formal de información con todos los detalles de la versión de Vásquez, incluido el de que Ramírez le había hablado de una operación de lavado de dinero con la entonces candidata Keiko Fujimori.

Cuando los equipos de los dos canales, con Castro y Reyes a la cabeza, acudieron a la sede de la DEA para acompañar al ex colaborador de la agencia a entregar una solicitud formal de información acerca de los avances del caso en el que él había participado, la portavoz de la agencia, Anne Judith Lambert, acudió al encuentro de los periodistas, identificó a Reyes y se refirió el mail que él había enviado formalmente a la DEA.

La funcionaria, que estaba acompañada por el jefe de la división de la DEA de Miami, Adolphus Wright, le dijo a Reyes: “Es una investigación delicada y está en curso y no podemos hacer ningún comentario”. Reyes preguntó si se trataba de una declaración “on the record”, es decir, si se podía utilizar formalmente en el reportaje y Lambert contestó “sí, es una declaración on the record”.

Esto es muy llamativo: no es común que un vocero de una agencia federal confirme la existencia de una investigación. Generalmente, responden que no pueden confirmar ni negar. En este caso, no solo confirmó la indagación, sino que dijo que se trataba de un asunto delicado.

La afirmación de Lambert era la confirmación de que existía una indagación en curso en la DEA. El reportaje nunca afirmó que la investigación de la DEA fuera sobre Keiko Fujimori. El reportaje nunca afirmó que Keiko Fujimori estuviera investigada por narcotráfico, como maliciosamente han asegurado algunos durante años en Perú.

En el reportaje nos limitamos a registrar el hecho de que el excongresista Joaquín Ramírez estaba “en la mira” de la DEA, lo cual ha quedado confirmado, 7 años después, con la transcripción publicada esta semana. De otro modo, nunca habrían existido las grabaciones que entregó la DEA a través del Departamento de Justicia de EE. UU. a la Fiscalía peruana en 2019 y cuyos detalles solo se conocen ahora.

Siete años después, también se confirma otro hecho que se puso en duda: que Vásquez era informante de la DEA.

Vásquez reveló en la entrevista concedida a los periodistas de Cuarto Poder y Univisión, y lo ha ratificado desde entonces, que tuvo varios encuentros con Ramírez, al menos 10 grabados y en poder de sus oficiales de contacto en la DEA. Esa cercanía resulta evidente en el tono que tienen los interlocutores, Vásquez y Ramírez, en la ÚNICA conversación que se ha conocido. ¿Por qué en 2019 EE. UU, envió una sola comunicación? ¿Envió solo una comunicación?

Cuando decidimos hacer y emitir el reportaje únicamente nos movió el interés público y el compromiso con los hechos. No hubo una operación política como se ha afirmado. No tuvimos dudas sobre el interés público de esa noticia. Hicimos lo que en periodismo se llama Reporte Fiel, que es reconocido por la jurisprudencia, y que consiste en transmitir con la mayor fidelidad posible los hechos que son revelados por un tercero. Los equipos de Cuarto Poder y Univisión buscaron, sin éxito, una respuesta del entonces secretario general de Fuerza Popular, del partido y de la candidata, pero ninguno hizo comentarios antes de la publicación.

Es necesario separar el análisis político del periodístico. La discusión periodística se centra en si aquella era una información que la opinión pública debía conocer.

El deber de los periodistas es brindar información sobre todo lo que represente un interés que afecte el bien común. Para ello, la labor de los periodistas es verificar si la información es válida, confiable y creíble. La discusión periodística se centra en la pertinencia y la manera de publicar: la discusión política se centra en los efectos políticos de la información. Con ese reportaje hicimos periodismo, no política.

El buen periodismo debe ceñirse a los hechos sin hacer cálculos políticos. Los cálculos son para los políticos, los militantes y los activistas. De esos hay muchos camuflados con la fachada de periodistas. Buena parte del debate que se ha generado desde el momento de la publicación es si esa era una información “pertinente”. El pacto de los periodistas con las audiencias nos obliga a no guardarnos fragmentos de informaciones o informaciones completas con el argumento de que con ellas afectarían algunos intereses particulares.

¿Qué habrían pensado los ciudadanos si no hubiéramos publicado la versión de Vásquez completa y después él hubiera hecho saber que Cuarto Poder tenía una denuncia de esa magnitud y la había ocultado?

La respuesta no admite dudas: habrían entendido que nos reservamos la información haciendo un cálculo político. Eso no es periodismo.