En una acción que ha intensificado las tensiones diplomáticas en América Latina, Perú y Panamá han retirado a sus embajadores de Venezuela. Esta decisión se produce tras las denuncias de fraude electoral en las recientes elecciones presidenciales venezolanas, donde Nicolás Maduro fue declarado ganador con el 51.2% de los votos. Tanto el presidente panameño José Raúl Mulino como el canciller peruano Javier González-Olaechea han expresado su rechazo a los resultados, calificándolos de una violación de la voluntad popular del pueblo venezolano.
Mientras la oposición venezolana, encabezada por María Corina Machado, insiste en que su candidato Edmundo González obtuvo la mayoría de los votos, el Consejo Nacional Electoral (CNE) ha mantenido su postura sobre la victoria de Maduro. A continuación, se detalla cómo estos eventos han desencadenado las acciones diplomáticas de Perú y Panamá.
El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, anunció el 29 de julio la retirada del personal diplomático panameño en Venezuela, poniendo en suspenso las relaciones diplomáticas entre ambos países. Mulino destacó que esta decisión se tomó en respeto a la historia de Panamá y a los venezolanos, subrayando la importancia de enmarcar esta acción dentro de los parámetros del derecho internacional público.
Mulino declaró que Panamá apoyará los esfuerzos regionales y multilaterales con el objetivo de honrar la "genuina voluntad popular" de Venezuela. Además, reveló que Panamá solicitará una reunión con el Consejo de la Organización de los Estados Americanos para convocar una consulta con los ministros exteriores sobre el tema de Venezuela. El presidente también enfatizó que la República de Panamá no tendrá embajador en Caracas hasta que se publiquen las actas electorales que constaten los resultados y se respete la voz del pueblo venezolano.
El canciller panameño, Javier Martínez-Acha, respaldó la decisión del presidente Mulino, señalando que desde el 28 de julio no se ha podido tener comunicación con la dirigente opositora María Corina Machado. Martínez-Acha afirmó que la intención es mantener las relaciones consulares, pero las relaciones políticas cesarán inmediatamente.
El Gobierno de Perú, a través del canciller Javier González-Olaechea, anunció la retirada de su embajador en Venezuela el 29 de julio. González-Olaechea expresó su firme rechazo a lo que describió como una "violación de la voluntad popular" del pueblo venezolano. En su cuenta de la red social X, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Perú comunicó que el embajador peruano en Venezuela, llamado a consultas, dejó Caracas ese mismo día.
El canciller peruano subrayó que varios países de la región están coordinando acciones conjuntas para garantizar que se respete la voluntad del pueblo venezolano, manifestada en los comicios del domingo. Además, enfatizó que no hay marcha atrás en esta decisión, independientemente del tiempo que tome.
Las elecciones presidenciales en Venezuela, celebradas el pasado domingo, declararon a Nicolás Maduro como ganador con el 51.2% de los votos, según los resultados difundidos por el Consejo Nacional Electoral (CNE). Sin embargo, la líder opositora María Corina Machado rechazó estos resultados, asegurando que su candidato, Edmundo González, obtuvo el 70% de los votos según los conteos de la oposición.
Machado y González se declararon vencedores, basando su afirmación en las actas de escrutinio emitidas a los testigos de la oposición, quienes supuestamente aún se encontraban en los centros de votación a medianoche. La oposición sostiene que el CNE manipuló los resultados y denuncia un fraude electoral, argumentando que el 40% de las actas verificadas por sus testigos muestran una clara victoria de González.
La comunidad internacional, incluyendo gobiernos de países como Chile, Colombia, Uruguay, Perú, y Costa Rica, así como la Unión Europea y Estados Unidos, ha expresado dudas sobre la transparencia del proceso electoral y ha solicitado una verificación de los votos. Las elecciones contaron con la observación del Centro Carter y la ONU, aunque con fuertes limitaciones para informar sobre irregularidades.