Los argentinos tienen, a la hora de comer y beber, costumbres que en otros países no se observan fácilmente; por ejemplo, comer asado, un choripán, probar un alfajor grande con dulce de leche, preparar un fernet, hacer picadas. Pero sobre todo, tomar mate. De hecho, “tomá mate y avivate” es una frase muy argentina, que nos motiva a superar las dificultades de la vida y tomarlas con humor. El mate es un compañero infaltable en las reuniones de los argentinos, ya sea en fiestas, conciertos o incluso encuentros políticos.
Así se siembra y cosecha el mate en Argentina. Foto: gobierno de Argentina.
Dicha celebración es oficial desde 2015, y es en homenaje al nacimiento del caudillo Andrés Guacurarí y Artigas, más conocido como ‘Andresito’, gobernador indígena que promovió la producción y distribución de la yerba mate.
El mate es una infusión hecha básicamente de la hierba del mismo nombre, cuyo nombre científico es Ilex Paraguariensis. Proviene de un árbol nativo de la Selva Paranaense, que en estado silvestre puede alcanzar una altura de entre 12 y 16 metros. El origen de su consumo está en los pueblos guaraníes, que utilizaban las hojas del árbol como bebida, objeto de culto y moneda de cambio.
Según datos del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), en la Argentina se consume un promedio 6,4 kg por habitante por año y la yerba mate está presente en más del 90% de los hogares.
En Facebook, desde el grupo ‘El mate, pasión Argentina’, votaron 226 personas, y 141 eligieron el mate de calabaza, según la web Cronista.com