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Este es el primer avión supersónico en romper la barrera del sonido en un país de Europa luego de 20 años: superó los 1.000 km/h

Desarrollado por Dawn Aerospace, el innovador avión combina sostenibilidad y tecnología avanzada, abriendo nuevas oportunidades para la aviación científica y comercial en vuelos hipersónicos y de microgravedad.

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Durante una serie de vuelos de prueba, el Aurora alcanzó una velocidad de Mach 1.1 y una altitud de 25 kilómetros. Foto: Dawn Aerospace. | Foto: Dawn Aerospace.

Después de más de dos décadas sin registros de vuelos supersónicos civiles en Europa, un innovador avión ha marcado un hito histórico al superar la barrera del sonido. Este logro se alcanzó gracias al Mk-II Aurora, una aeronave que combina tecnología avanzada y sostenibilidad, abriendo un nuevo capítulo en la aviación supersónica. Con velocidades que superan los 1.000 km/h, este avión cohete no solo representa un avance tecnológico, sino que también destaca por su enfoque en aplicaciones científicas y comerciales.

El proyecto, desarrollado por Dawn Aerospace, demuestra el potencial de la aviación moderna para revolucionar los vuelos de alta velocidad. Su capacidad para despegar y aterrizar en pistas convencionales y alcanzar alturas de hasta 25 kilómetros lo posiciona como un modelo único en su categoría. Este avance no solo pone a Europa nuevamente en el mapa de la aviación supersónica, sino que también impulsa nuevas oportunidades para la investigación y el transporte aéreo global.

Este es el Mk-II Aurora, el avión que rompió la barrera del sonido en Nueva Zelanda

Dawn Aerospace revolucionó la aviación con su innovador avión cohete Mk-II Aurora, el primer vehículo civil en romper la barrera del sonido desde el retiro del Concorde. Durante una serie de vuelos de prueba, el Aurora alcanzó una velocidad de Mach 1.1 y una altitud de 25 kilómetros, estableciendo además un récord mundial de ascenso al superar al legendario F-15 "Streak Eagle". Según Actualidad Aeroespacial, logró ascender 20 kilómetros en apenas 118,6 segundos, consolidándose como una referencia en aviación supersónica.

De acuerdo con la información de Dawn Aerospace, su velocidad máxima proyectada de Mach 3.5. Foto: Dawn Aerospace.

El Mk-II Aurora combina lo mejor de la ingeniería aeroespacial, utilizando motores de cohete con una relación empuje-peso 20 veces superior a los motores convencionales. Capaz de alcanzar el borde del espacio (100 kilómetros) y operar hasta dos vuelos diarios, el Aurora está diseñado para aplicaciones científicas y comerciales, incluyendo investigaciones en microgravedad y vuelos hipersónicos. De acuerdo con la información de Dawn Aerospace, su velocidad máxima proyectada de Mach 3.5.

Con el apoyo del gobierno de Nueva Zelanda, el Tāwhaki National Aerospace Centre y la New Zealand Space Agency, Dawn Aerospace busca consolidar al país como un centro global de pruebas hipersónicas. Stefan Powell, CEO de Dawn Aerospace, destacó la importancia de la colaboración local e internacional para el éxito del programa. Según Infobae, la división Dawn Hypersonics se prepara para lanzar operaciones comerciales de carga útil en los próximos meses y hacer de los vuelos supersónicos una realidad cotidiana.

Capaz de alcanzar el borde del espacio (100 kilómetros) y operar hasta dos vuelos diarios. Foto: Dawn Aerospace.

Mk-II Aurora superó al Concorde luego de 20 años

El Mk-II Aurora de Dawn Aerospace marcó un momento histórico al convertirse en el primer avión civil en superar la barrera del sonido en más de dos décadas, desde el retiro del emblemático Concorde en 2003. Durante sus vuelos de prueba, esta aeronave alcanzó una velocidad de Mach 1.1 y logró ascender a una altitud de 25 kilómetros.

El Concorde fue un avión comercial supersónico desarrollado conjuntamente por Francia y Reino Unido a través de las empresas Aérospatiale y British Aircraft Corporation (BAC). Voló por primera vez en 1969 y estuvo en operación desde 1976 hasta su retiro en 2003. Fue uno de los únicos aviones comerciales en la historia capaces de alcanzar velocidades superiores a Mach 2 (más del doble de la velocidad del sonido), permitiendo reducir drásticamente los tiempos de vuelo en rutas transatlánticas.