En un discurso dirigido a estudiantes en Teherán, el líder supremo de Irán, Ali Jamenei, enfatizó que tanto Estados Unidos como el régimen sionista (Israel) deben estar preparados para enfrentar las consecuencias de sus acciones. “Recibirán una respuesta ruda por lo que están haciendo contra Irán”, afirmó Jamenei, quien es la máxima autoridad política y religiosa en la República Islámica.
El contexto de estas declaraciones se sitúa en un marco de creciente tensión en Medio Oriente, especialmente tras el ataque de Hamás a Israel el 7 de octubre, que ha llevado a un aumento de las hostilidades en la región. Jamenei también hizo referencia al denominado eje de resistencia, que incluye a grupos armados apoyados por Teherán, como Hezbolá y los rebeldes hutíes en Yemen.
Las tensiones entre Irán e Israel se han intensificado desde el inicio de la guerra en Gaza. Hezbolá, el movimiento libanés respaldado por Irán, abrió un frente contra Israel el 8 de octubre, en apoyo a Hamás. Lo que comenzó como intercambios de artillería se transformó en una guerra abierta el 23 de septiembre, cuando Israel intensificó sus bombardeos en el Líbano. Esta situación ha llevado a un ciclo de represalias, donde Teherán lanzó un ataque con misiles contra Israel el 1 de octubre, en respuesta a la muerte de líderes de Hezbolá y Hamás.
La respuesta de Israel no se hizo esperar, con bombardeos a instalaciones militares en Irán el 26 de octubre, que resultaron en la muerte de al menos cuatro soldados iraníes. A pesar de las afirmaciones de Teherán sobre daños menores, la situación sigue siendo tensa. Jamenei, en su discurso, elogió a los soldados caídos, asegurando que su sacrificio no será olvidado.
En un contexto de creciente inestabilidad, Estados Unidos ha decidido desplegar medios militares adicionales en Oriente Medio, buscando asegurar la defensa de Israel y enviar un mensaje claro a Irán. Este despliegue se produce en un momento crítico, justo antes del aniversario de la toma de la embajada estadounidense en Teherán en 1979, un evento que marcó un hito en las relaciones entre Irán y Estados Unidos.