En un juicio histórico en Francia, Gisèle Pélicot enfrenta a 51 de los 83 hombres acusados de abusar de ella mientras estaba inconsciente. La víctima busca que la vergüenza cambie de bando y que los agresores asuman su responsabilidad. Con apoyo de su hija Caroline, exige justicia y expone a los responsables de estos crímenes.
La revelación de los abusos sistemáticos a los que Gisèle Pélicot fue sometida durante una década ha conmocionado a Francia y al mundo. El juicio público, en el que 51 de los 83 hombres acusados enfrentan la justicia, marca un hito en la lucha por visibilizar la violencia sexual y hacer que la vergüenza recaiga en los culpables, no en las víctimas.
El caso de Gisèle Pélicot tiene sus inicios en 2011, cuando su esposo, Dominique Pélicot, comenzó a drogarla y a permitir que desconocidos abusaran de ella en su propia casa en Mazán, Francia. Esta situación continuó hasta 2020, cuando Dominique fue arrestado tras ser sorprendido filmando a mujeres en un centro comercial. La investigación reveló videos documentados de los abusos guardados en una carpeta denominada 'Abuso' en su computadora.
Gisèle, que había experimentado fatiga crónica y problemas de memoria, fue sometida a un calvario en el que su esposo contactaba a agresores a través de un foro llamado 'Sin su consentimiento'. “Esos hombres pudieron usar mi cuerpo inconsciente, ahora que enfrenten la realidad”, declaró Gisèle en el juicio, donde dejó claro su deseo de exponer públicamente a sus atacantes.
Los agresores de Gisèle no corresponden al perfil que comúnmente se imagina en casos de violencia sexual. En su mayoría, estos hombres son padres, esposos y personas con empleos regulares, lo cual evidencia que los abusos sexuales pueden ser perpetrados por individuos que socialmente aparentan ser responsables y moralmente correctos.
En los videos, la Policía identificó a hombres de distintas profesiones, entre ellos bomberos, periodistas, militares y concejales, con lo que se señalaba cómo estos agresores operaban en un marco de impunidad social. La abogada de Gisèle, Stéphane Babonneau, subrayó la importancia de visibilizar estos crímenes y de que los culpables enfrenten las consecuencias. Gisèle ha insistido en que se publique la identidad de cada uno de los responsables.
Lista pública de 51 de los 83 acusados de violencia sexual en el caso Gisèle Pélicot. Foto: Revista Volcánicas
Para Gisèle Pélicot y su hija Caroline, exponer a los abusadores es esencial en su búsqueda de justicia. Caroline, quien escribió el libro 'Y dejé de llamarte papá' en el que narra el impacto de estos abusos en su vida y en la de su madre, acompaña a Gisèle en este proceso, decidida a cambiar la percepción de la sociedad sobre la violencia sexual.
Su objetivo es que la “vergüenza cambie de bando”, que sean los agresores quienes sufran la condena social y no las víctimas. La sociedad —tal como han argumentado ambas mujeres— debe asumir un rol activo en la condena a los agresores y en la erradicación de la violencia sexual.