En Nayaf, Irak, se extiende el cementerio más grande del mundo, un vasto sitio conocido como Wadi Al-Salam o “Valle de la Paz”, donde descansan más de seis millones de personas, el equivalente al 13% de esta ciudad sagrada. Cada año se añaden miles de nuevas sepulturas, lo cual le asegura una expansión continua y reafirma su título como el mayor cementerio de la Tierra. La relevancia histórica y cultural de este sitio atrae a familias de toda la región, quienes desean que sus seres queridos reposen cerca del santuario de Ali ibn Abi Talib, figura central en el Islam chiita.
Además de su monumental tamaño, el cementerio tiene una singular importancia religiosa. La continua demanda para enterrar allí a familiares y seres queridos refleja su peso simbólico en la tradición musulmana, particularmente para los seguidores del chiismo. Wadi Al-Salam no solo se destaca por sus dimensiones, sino también por la arquitectura y distribución de sus sepulturas, que incluyen desde tumbas simples hasta monumentales mausoleos.
Wadi Al-Salam ostenta su título de cementerio más grande del mundo no solo por su extensión territorial, sino también por su constante crecimiento. Según cifras recientes, este camposanto en Nayaf ocupa un área de 917 hectáreas, lo cual lo convierte en el mayor lugar de descanso en todo el planeta. Su capacidad de expansión es notable: cada año se habilitan aproximadamente 50.000 sepulturas nuevas, una cifra que no se registra en otros cementerios.
l cementerio más grande del mundo, se extiende sobre 917 hectáreas en Nayaf, Irak, y abre 50,000 sepulturas nuevas anualmente. Foto: UNESCO
Las dimensiones de Wadi Al-Salam lo convierten en un lugar único, dividido en numerosas secciones y pasillos que facilitan el tránsito de visitantes. En sus amplias avenidas descansan figuras de renombre, entre las que destacan líderes religiosos, personalidades políticas y reyes. Esta distribución incluye tumbas de lujo, diseñadas especialmente para personas de alto estatus, las cuales pueden alcanzar hasta cuatro metros de altura. Los pasillos y áreas de entierro ofrecen un recorrido que permite ver la diversidad de estilos funerarios.
Wadi Al-Salam tiene más de 1.400 años de antigüedad, lo que lo convierte en uno de los cementerios más antiguos y significativos del mundo. Estudios arqueológicos y registros históricos sitúan su inauguración en el año 600, un tiempo en que Nayaf era ya un lugar de suma importancia religiosa. Durante más de un milenio, familias musulmanas han optado por enterrar a sus seres queridos en este sagrado sitio, en parte por su cercanía al santuario de Ali ibn Abi Talib, primo y yerno del profeta Mahoma y primera figura del islam chiita.
Wadi Al-Salam es considerado un recinto muy especial, sobre todo en un contexto religioso. Foto: Rudaw
El carácter antiguo de Wadi Al-Salam ha hecho que muchas personas soliciten ser enterradas allí, como una forma de honrar la tradición y reforzar la conexión espiritual. Desde su inauguración, este cementerio ha funcionado como un sitio de importancia para la comunidad chiita, y continúa siendo un punto de atracción para quienes buscan un lugar de descanso sagrado.
En reconocimiento a su valor histórico y su relevancia cultural, la UNESCO incluyó a Wadi Al-Salam en la lista de Patrimonios de la Humanidad el 24 de enero de 2011. Este título destaca no solo su vasta extensión, sino también su carácter espiritual y el papel que ha desempeñado a lo largo de los siglos en la vida religiosa de Irak y de millones de musulmanes. Anteriormente, en 1999, el gobierno de Irak implementó una ley para proteger el cementerio, garantizando su preservación ante posibles daños o modificaciones no autorizadas.
El estatus de Patrimonio Mundial ha contribuido a aumentar el interés global por este sitio, convirtiéndolo en un emblema no solo de la ciudad de Nayaf, sino de toda la región. Hoy en día, Wadi Al-Salam se presenta como una reliquia viviente, un lugar donde la historia y la fe se entrelazan en un impresionante paisaje funerario.