En agosto de 1492, Cristóbal Colón y su tripulación zarparon desde Europa en busca de una ruta comercial hacia las Indias. A bordo de tres embarcaciones —La Niña, La Pinta y la Santa María— emprendieron un viaje que cambiaría la historia. El 12 de octubre de ese año, tras cruzar el Atlántico, llegaron a una isla que no aparecía en los mapas europeos, marcando el inicio de una nueva era en la exploración mundial.
A lo largo del tiempo, se contó diversas historias sobre este evento crucial en la historia de América, pero surge una pregunta clave: ¿qué ocurrió con las tres famosas carabelas? Estas naves no solo fueron el medio de transporte en la travesía, sino que también desempeñaron un papel vital en el descubrimiento de nuevas tierras, dando pie al proceso de colonización europea en América.
El destino final de La Niña, La Pinta y la Santa María es uno de los grandes misterios que rodea este acontecimiento histórico. Si bien estas naves fueron relevantes en la llegada al continente americano, su legado trasciende como símbolos de una época de grandes exploraciones, que transformaron para siempre las relaciones entre Europa y el Nuevo Mundo.
Las carabelas de Cristóbal Colón, La Niña, La Pinta y La Santa María, fueron fundamentales para la expedición que llevó al descubrimiento de América en 1492. Estas embarcaciones permitieron a Colón y su tripulación cruzar el Atlántico en busca de nuevas rutas hacia las Indias.
La Santa María, la nave más grande, fue el buque insignia que dirigió la travesía, mientras que La Pinta y La Niña, más ágiles y rápidas, complementaron la flotilla, permitiendo la exploración en condiciones complejas y desafiantes para la época.
Las carabelas de Cristóbal Colón, La Niña, La Pinta y La Santa María, fueron fundamentales para la expedición. Foto: AS.
Las tres embarcaciones que acompañaron a Cristóbal Colón en su primer viaje a América en 1492, La Niña, La Pinta y la Santa María, tuvieron destinos distintos tras su histórico viaje:
La Santa María, la nave más grande de las tres, sufrió un accidente el 25 de diciembre de 1492 cuando encalló en las costas de La Española (actualmente Haití y República Dominicana). Debido a los daños sufridos, sus restos fueron utilizados para construir el Fuerte Navidad, el primer asentamiento europeo en el continente americano.
Por otro lado, La Pinta, comandada por Martín Alonso Pinzón, fue la primera en avistar tierra firme en América. Sin embargo, después de su regreso a España en 1493, su destino es menos claro. Algunas fuentes indican que fue desmantelada o que se hundió en América, pero no hay consenso sobre lo que ocurrió realmente con esta embarcación.
La Niña, la más pequeña y ágil de las tres, bajo el mando de Vicente Yáñez Pinzón, fue la única nave que regresó a España en buenas condiciones después del viaje. Continuó en servicio durante años, participando en otras expediciones, aunque en una de ellas fue capturada brevemente por corsarios franceses. La Niña siguió navegando hasta que finalmente desapareció de los registros históricos.