A nivel global, la tendencia es reducir las jornadas laborales para priorizar el bienestar de los empleados. Sin embargo, existen países donde las horas de trabajo aún superan las 2.000 anuales. En América Latina, tres naciones destacan por su alta carga laboral anual, debido a factores económicos y sociales que mantienen una estructura de trabajo demandante.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha publicado un ranking que ubica a estos países entre los que más horas trabajan al año, lo que refleja la realidad laboral de muchas personas que enfrentan extensas jornadas y pocos descansos.
México, Costa Rica y Chile son los países de América Latina que encabezan el listado de los que trabajan más horas anualmente. México lidera con 2207 horas trabajadas por persona al año, seguido de Costa Rica con 2171 horas y Chile con 1953 horas. Estos números son significativamente mayores en comparación con otros países del mundo, donde la tendencia ha sido reducir las jornadas laborales.
En México, la alta cifra de horas trabajadas se debe a la estructura económica del país y la necesidad de muchos trabajadores de compensar la falta de apoyo gubernamental con más horas de trabajo. A pesar de propuestas para reducir la jornada laboral a 40 horas semanales, estas iniciativas aún no se han concretado.
Las razones detrás de esta alta carga laboral varían. En países como México y Costa Rica, los sectores económicos requieren una mano de obra intensiva, lo que genera largas jornadas. A esto se suma la falta de políticas sociales efectivas que permitan a los trabajadores equilibrar sus horas de trabajo con el descanso. En Chile, aunque se ha avanzado en la reducción de la jornada laboral, la implementación será gradual, lo que explica por qué todavía tiene una alta carga laboral.
A nivel mundial, América Latina se destaca por su gran cantidad de horas trabajadas, especialmente en comparación con países de Europa, donde la tendencia es hacia jornadas laborales más cortas. En naciones como Grecia y Corea del Sur, también se registran largas horas de trabajo, aunque en estos casos, las razones incluyen una mezcla de cultura laboral y políticas que buscan impulsar la economía.
El hecho de que en América Latina se trabajen más horas anuales tiene implicaciones en la salud y el bienestar de los empleados. Estudios han demostrado que jornadas largas pueden aumentar el estrés, la fatiga y reducir la productividad a largo plazo. A medida que el debate sobre la reducción de las horas laborales avanza en algunos países de la región, es posible que en el futuro se vean cambios positivos para los trabajadores.