Por: Genesis Peña
El café es más que una simple bebida; es un ritual cotidiano que acompaña a millones de personas en su día a día. Desde una cálida taza en la mañana que despierta los sentidos, hasta el reconfortante espresso de la tarde, el café se ha convertido en un aliado indispensable en la rutina de muchos.
Su aroma, sabor y la conexión social que genera han forjado un lugar especial en la vida de las personas, independientemente de la cultura o el entorno. En esta era de constantes cambios y desafíos, el café sigue siendo un símbolo de relajación y camaradería, un momento vital que invita a la pausa y la reflexión.
La cultura cafetera varía enormemente de un país a otro, desde las sofisticadas cafeterías de Europa hasta las sencillas casas de familia en América Latina. Según un estudio reciente elaborado por el ‘Mundo de las Estadísticas’ (World of Statistics), el consumo de café presenta disparidades sorprendentes a nivel mundial. En este contexto, se revela que la mayoría de los países que lideran el consumo de café se encuentran en Europa, destacando Finlandia como el principal consumidor.
Finlandia se sitúa en la cúspide del ranking mundial de consumo de café, con un promedio de 9.6 kilogramos por persona al año. Este fenómeno se atribuye a diversas razones, como el clima frío del país, que propicia la necesidad de bebidas calientes para calentar el cuerpo.
El café es valorado por sus múltiples beneficios en la estimulación mental. Foto: Freepik
Además, la cultura finlandesa resalta la importancia de las pausas para disfrutar del café, conocidas como "kafé de pausa", donde los empleados se toman un respiro para recargar energías. El café en Finlandia no es solo una bebida; es un símbolo de sociabilidad que promueve la conexión entre amigos y colegas, transformando cada taza en una oportunidad de compartir y dialogar.
En este panorama de consumo, la República Dominicana destaca como el único país caribeño en el ranking de mayores consumidores de café, ocupando el puesto dieciséis con un consumo anual de 3.7 kg por persona. Este país no solo produce café de alta calidad, sino que también cuenta con una rica cultura cafetera que se remonta a siglos atrás.
Sin embargo, a pesar de su producción, el consumo per cápita refleja una realidad diferente. La relación entre la producción y el consumo en la República Dominicana plantea preguntas sobre las dinámicas del mercado local y la influencia de una cultura globalizada que prioriza el café de otras regiones.
Si bien hay países que consumen café en grandes cantidades, otros parecen apenas probarlo. Indonesia es un claro ejemplo, ocupando uno de los últimos lugares con un consumo anual de solo 0.8 kilogramos por persona. Este rango ilustra las limitaciones culturales, económicas y sociales que afectan al consumo de café en algunas naciones. Turquía, China, India y Nigeria siguen en el listado con cifras igualmente bajas. Esta situación resalta las distintas preferencias y hábitos de cada región, revelando cómo el café es visto y consumido de maneras muy diversas en el mundo.
El café es un fenómeno global que trasciende fronteras y culturas. Su capacidad para unir a las personas, así como la variedad en su consumo, refleja las complejidades del mundo moderno. Sin duda, la bebida sigue siendo un símbolo de comunidad y encuentro, con historias que se tejen a través de cada taza.
Otros países como Chile, Perú y Costa Rica también son conocidos por su cultura del café y su consumo significativo.