Alerta mundial. Tras la incursión terrestre emprendida por las Fuerzas de Defensa israelí (FDI) al sur de Líbano el lunes por la noche, Irán decidió involucrarse en el conflicto lanzando más de 200 misiles balísticos a Israel.
Previamente, el plan de ataque fue comunicado por Irán al Pentágono, según informó la agencia Reuters. No obstante, el periodista estadounidense Thomas L. Friedman del diario The New York Times sostuvo que dicha información había sido conocida con anticipación por el servicio de inteligencia israelí que tendría operadores infiltrados en la milicia iraní.
Friedman es el periodista que obtuvo la información de primera fuente de inteligencia israelí sobre los planes de la Guardia Revolucionaria Iraní para atacar Israel.
En un análisis publicado al cierre de la edición, sostuvo que se han cruzado tres líneas rojas en el conflicto durante las últimas semanas.
La primera, referida a la invasión y el ataque contra todo tipo de negociación diplomática al Líbano que resultó en el asesinato al líder del grupo terrorista Hezbolá (además de otros mandos de la misma organización).
La segunda, referida al hecho sin precedentes de que Hezbolá haya unido fuerzas con Hamás para atacar el norte de Israel en medio de la guerra de Israel en la Franja de Gaza.
La tercera, referida a la inclusión de un tercer actor, fuera de los grupos terroristas mencionados anteriormente: Irán.
El envío masivo de misiles desde territorio iraní hacia Israel marca un hito “jamás antes visto” que superaría cualquier tipo de “negociación diplomática y los límites del derecho internacional”.
En ese sentido, para él y otros especialistas, su conclusión es que “es el momento más peligroso en la edad moderna en el Medio Oriente”, ya que necesariamente involucra a dos poderes militares con capacidad nuclear.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y el vocero de las FDI, Daniel Hagari, han confirmado que su país responderá “cuando sea, como sea y donde sea”.
Para los analistas del conflicto, eso solo sería posible necesariamente con la intervención de EEUU, lo que lo incluye como un actor susceptible a ser blanco de la respuesta militar iraní. Para los analistas, la posibilidad de una “gran guerra” que incluya armas nucleares no ha sido descartada por Israel.
Para Friedman, el Gobierno iraní, con el temor y la certeza de que existe un gran nivel de penetración de espías israelíes dentro de su personal militar, hace que esa posibilidad sea “muy grande”, ya que “se han sobrepasado todos los límites”.
“Es un momento muy plástico, que supera al contexto de la guerra del Golfo en 1991, porque, al no existir mayor control por no respetar las reglas de la guerra, ningún límite a las respuestas de cualquiera de las partes está asegurado”, precisó.
Según reportó The NYT, el máximo oficial militar de Irán, Mohammad Bagheri, confirmó que los misiles iraníes tenían como blanco tres bases militares —Nevatim, Hatzerim y Tel Nof— y la sede del Mossad, el servicio de inteligencia israelí.
En una nota de prensa, la Embajada de Israel en el Perú sostuvo que “el reciente ataque es otro paso más en la escalada de las acciones de Irán para desestabilizar el orden mundial”.
Israel advierte que Irán está involucrado en el suministro de armas a Rusia en su guerra contra Ucrania y en ataques directos a embarcaciones en el mar Rojo a través de los hutíes, lo que afecta la economía y seguridad marítima globales.