América Latina alberga algunos de los paisajes más impresionantes del planeta, muchos de los cuales se encuentran dentro de parques nacionales que destacan tanto por su belleza como por su biodiversidad. Estos destinos naturales ofrecen al visitante una experiencia única, rodeados de una fauna y flora inigualable, donde la conservación de la biodiversidad es fundamental.
Desde la profundidad de la selva amazónica hasta la majestuosidad de las cataratas más grandes del mundo y el fenómeno único de un desierto florido, estos parques nacionales no solo ofrecen paisajes de ensueño, sino también la oportunidad de conectarse con la naturaleza en su estado más puro. Estos sitios destacan por ser destinos ecológicos clave, donde la conservación de la biodiversidad y la experiencia del visitante se encuentran en perfecta armonía.
En la provincia de Napo, Ecuador, el Parque Nacional Yasuní es uno de los sitios más importantes para la conservación de la biodiversidad en el mundo. Con más de un millón de hectáreas de selva tropical, es considerado por la UNESCO como una Reserva de la Biosfera desde 1989, y alberga una de las mayores diversidades de especies por metro cuadrado del planeta. Este destino es perfecto para los amantes del turismo ecológico, ya que combina la aventura con la posibilidad de observar especies endémicas.
El Parque Nacional Yasuní, alberga el 10% de las especies del planeta. Foto: EFE Agro
El parque es el hogar de más de 2000 especies de árboles y arbustos, junto con una rica fauna que incluye animales como el jaguar, la anaconda y el águila harpía. Según el Ministerio del Ambiente de Ecuador, dentro de sus límites habitan 204 especies de mamíferos, 610 especies de aves y más de 250 especies de peces, entre otros. Este parque es un destino de ensueño para quienes buscan un turismo sostenible, donde la naturaleza muestra su grandeza a través de ríos anchos, exuberante vegetación y una biodiversidad inigualable. Según Lucas Bustamante, biólogo y fotógrafo medioambiental, "para cualquier persona enamorada de la naturaleza, es como ser un niño en una juguetería".
Las Cataratas del Iguazú, situadas en la frontera entre Argentina y Brasil, se destacan no solo por su espectacular belleza, sino también por ser uno de los destinos turísticos naturales más populares del mundo. Estos parques nacionales, tanto el Parque Nacional Iguazú en Argentina como el Parque Nacional do Iguaçu en Brasil, protegen un entorno natural que deja a los visitantes sin aliento, con sus más de 80 saltos de agua que se extienden a lo largo de 2,7 kilómetros.
Las cataratas cuentan con 275 saltos individuales, siendo la Garganta del Diablo el más alto. Foto: Pexels
El lado argentino del parque fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1984 y ofrece múltiples senderos que permiten al visitante disfrutar de vistas espectaculares de las cataratas y la selva. En tanto, el lado brasileño, establecido en 1939, proporciona una perspectiva igualmente impresionante desde Foz do Iguaçu. Ambos parques cuentan con una increíble biodiversidad, con más de 450 especies de aves y numerosos mamíferos como el coatí y el yacaré. Los visitantes pueden realizar actividades como paseos en barco, caminatas por la selva y, en el lado brasileño, sobrevolar las cataratas en helicóptero.
En la región de Atacama, Chile, se encuentra el Parque Nacional del Desierto Florido, uno de los fenómenos naturales más raros y bellos de Latinoamérica. Este parque, establecido como tal en junio de 2023, protege la biodiversidad única del desierto más árido del mundo, que cada cierto tiempo se cubre de una alfombra de flores multicolores, gracias a la llegada de lluvias asociadas al fenómeno de El Niño.
Desierto Florido de Atacama es que durante el fenómeno de la floración, se pueden llegar a observar hasta 200 especies de flores. Foto: Natgeo
El Desierto Florido es un espectáculo de vida en un lugar que, en condiciones normales, es extremadamente árido. Durante este fenómeno, el parque se transforma en un paraíso floral con más de 200 especies de plantas, muchas de ellas endémicas, como las patas de guanaco y las añañucas amarillas. Además, este evento genera una explosión de vida, atrayendo a especies de aves, reptiles e insectos que dependen de esta floración para su supervivencia. Con más de 57.000 hectáreas, el parque también ofrece otros atractivos, como la posibilidad de explorar la escarpada costa del Atacama y observar los cielos despejados, ideales para los amantes de la astronomía.