El amor puede representarse de diversas formas, pero sin duda una de ellas está en el cuidado, el apoyo y la comprensión. Es así como lo representa esta pareja que, pese a los acontecimientos infortunios de la vida, demostró su amor incondicional.
El señor y la señora Kuroki, dos granjeros de avanzada edad, viven rodeados de un mar de flores rosas que atrae a más de 7.000 visitantes al año. No se trata de un espacio público, sino del jardín de su hogar. Esta hermosa alfombra floral fue creada por el señor Kuroki cuando la ceguera, además de arrebatarle la vista a su esposa, apagó su sonrisa.
El jardín está apto para visitas de turistas y residendes. Foto: Xataka
El señor y la señora Kuroki contrajeron matrimonio en 1956 y establecieron su vida en una granja lechera, donde criaron a sus dos hijos y trabajaron incansablemente durante años con el sueño de jubilarse y recorrer Japón, una promesa que se hicieron mutuamente.
Sin embargo, sus planes se vieron truncados cuando, de manera repentina y a los 52 años, la señora Kuroki perdió la vista debido a complicaciones derivadas de la diabetes, lo que la sumió en una profunda depresión al saber que no podría cumplir el sueño compartido con su esposo.
La esposa de Kuroki, perdió la visión. Foto: Xataka
El señor Kuroki no podía soportar ver a su esposa sumida en la depresión, e intentó repetidamente animarla, sin éxito. Un día, sin embargo, una hermosa flor rosada llamada Shibazakura floreció en su jardín, lo que le inspiró debido a su fragante aroma. Esta flor resultó perfecta, ya que no solo es apreciada por su belleza visual, sino también por su perfume, convirtiéndola en ideal para cualquier persona, incluso aquellas que, como su esposa, habían perdido la vista, pero podían disfrutar de su delicado olor.
Entonces, el señor Kuroki decidió dedicar largas horas cada día a conseguir y plantar estas flores en su jardín. Durante dos años trabajó en secreto, creando un paraíso floral para su esposa, sin que ella supiera lo que estaba ocurriendo. El resultado fue un magnífico jardín rosado que florece entre marzo y abril, desprendiendo un aroma singular que, finalmente, transformó la actitud de la señora Kuroki ante la vida.
El jardín de los Kuroki está ubicado en Shintomi, Japón. Foto: Xataka
El jardín de los Kuroki está ubicado en Shintomi, una localidad rural de la prefectura de Miyazaki, en la isla de Kyushu, Japón. Este hermoso lugar atrae a miles de visitantes cada año, especialmente durante la primavera, cuando florecen las flores de Shibazakura, creando un impresionante paisaje rosado.
Este jardín no solo representa una inmensa muestra de amor, sino que también se ha convertido en un destino obligado para los visitantes. La pareja Kuroki mantiene abiertas las puertas de su hogar, permitiendo que cualquiera pueda descubrir este fascinante y único espacio, que adquiere aún más belleza al conocer la conmovedora historia que lo inspira.
La rosa roja es tradicionalmente considerada la flor del amor. A lo largo de la historia y en diversas culturas, las rosas rojas han simbolizado el amor, la pasión y el romance. Su color vibrante y su fragancia las han convertido en el símbolo universal del amor romántico. Además, poetas y escritores han asociado las rosas rojas con el amor verdadero, siendo una de las flores más comunes para expresar sentimientos profundos hacia alguien especial.