En el corazón de una de las culturas más misteriosas del mundo, el antiguo Egipto, una arqueóloga y abogada latinoamericana se ha convertido en la protagonista de una búsqueda fascinante por 20 años. En su exploración por hallar la tumba de Cleopatra ha encontrado más de 20 momias, 500 monedas de oro y 1.800 piezas arqueológicas.
Kathleen Martínez es una abogada, arqueóloga y diplomática dominicana conocida internacionalmente por sus trabajos desde 2005 en la búsqueda de la tumba de Cleopatra en el templo Taposiris Magna en Egipto y por liderar la misión egipcio-dominicana en la ciudad de Alejandría.
“Desde niña quise ser arqueóloga, pero mis padres se negaron a que estudiara esa carrera por muchas razones, entre ellas porque en República Dominicana la arqueología no es valorada. Entonces, estudié derecho y años después se me presenta una oportunidad para retomar mi pasión por la arqueología, al viajar a España”, cuenta Martínez en el podcast Dejando Huellas con Ney Díaz.
Su motivación por descubrir más sobre una de las figuras más icónicas de la antigüedad empezó en su adolescencia, cuando de la estantería de su casa le llamó la atención el libro Antonio y Cleopatra, de William Shakespeare. Ello y lecturas de autores romanos como Plinio el Viejo, Plutarco y otros historiadores la inspiraron a querer descubrir más sobre este personaje, que en su época llegó a ser uno de los más poderosos del mundo, y que ha sido descrito de distintas maneras. Hoy, sus investigaciones han ayudado a reescribir la historia, pese a que su objetivo final aún no se ha cumplido.
En ese momento no pensó que llegaría a dedicar dos décadas de su vida a este personaje, pero al empezar a estudiarlo notó que era más que una mujer seductora que gobernó Egipto producto de su relación con Julio César y Marco Antonio. Martínez se fascinó al descubrir más bien a una doctora, guerrera, reina y filósofa que hablaba fluidamente los nueve idiomas de la época.
En su camino, logró ser la primera latinoamericana a la que se le otorgó la licencia para excavar en Egipto. Cada año el país africano concede 80 licencias de 1.500 solicitudes para realizar trabajos arqueológicos, priorizando a las universidades más prestigiosas o a los arqueólogos con muchos títulos, libros y museos que los respalden. Martínez no tenía nada de eso, solo un sueño.
El trabajo de dos décadas de investigación de Kathleen Martínez parece indicar que la tumba de Cleopatra se encuentra en los alrededores del Templo Taposiris Magna, bajo el mar, a unos kilómetros a la redonda, en una zona marítima militar nunca antes explorada para fines arqueológicos.
Durante 200 años, distintos arqueólogos han fallado en su búsqueda de la faraona por indagar en el lugar equivocado, según menciona la abogada, quien ha guiado su camino en dirección opuesta, llegando a hallar más de 20 momias, algunas con lenguas de oro, 500 monedas de oro con el rostro de la faraona y 1.800 piezas arqueológicas en una zona de Egipto que se iba a declarar como punto de interés turístico y dos años de trabajo con el famoso oceanógrafo Robert Ballard, conocido por sus trabajos en arqueología submarina y encontrar el Titanic.
Kathleen Martínez es la primera arqueóloga latinoamericana a la que se le concede el permiso para excavar en Egipto. Foto: Revista Adiós.
En setiembre, realizará por primera vez excavaciones en el espacio que, según cuenta a El País, “puede traer mucha información de un periodo del que no se conoce casi nada”. Aunque su mayor meta aún no ha sido alcanzada, el proyecto de Martínez ha proporcionado mayor comprensión sobre la vida, política y cultura del antiguo Egipto.
La abogada dominicana considera que sueña con que Latinoamérica sea una región referente en la Egiptología, especialmente en su país, donde la arqueología no es siquiera una carrera universitaria. Martínez cuenta haber recibido ofertas de colegas de Harvard y Oxford para trabajar con ellos, pero menciona que no aceptó las propuestas porque quiere que sea un logro latinoamericano.